domingo, 27 de diciembre de 2009

Los que tiran los dados

Cuando leo las hazañas de empresarios como este, no puedo dejar de pensar que tendemos a repetir la historia una y otra vez hasta el fin de los tiempos.

Estos empresarios, escudados bajo el lema “generamos empleo” se enriquecen utilizando dos sistemas básicos: La plusvalía y el dinero del Estado. Por una parte intentan recortar los derechos que los trabajadores, luego de duras jornadas de lucha, consiguieron arrancarles y digo arrancarles porque jamás aquellos patrones aceptaron que sus empleados tenían derechos básicos, cedieron de mala gana, cedieron esperando la revancha y parece que el tiempo de la revancha ya ha llegado.

Los nuevos patrones, reuniéndose en sociedades que procuran el bien común (el bien común de ellos, no de la sociedad en general), parecieran generales que planifican de que forma pueden conseguir disponer de la clase trabajadora a su antojo y han comprendido que es ahora cuando tienen más oportunidad porque, al contrario que la clase empresaria, la clase trabajadora ya no posee conciencia de clase, solidaridad, unión.

Esto permite que estos empresarios, amparados como ya he dicho en la frase “generamos empleo”, presionen a quienes tienen a su cargo el manejo de las cosas del Estado Español, esto es, a quienes gobiernan, forzándolo hasta que claudique, cosa que sin lugar a dudas hará, y saque un proyecto de Ley parecido al de Flexibilización Laboral que asoló la clase trabajadora argentina.

Primero se flexibilizarán al máximo los contratos, precarizando el empleo, luego se modificarán las indemnizaciones por despido, se facilitará el despido para que así el empresario, generador de trabajo, pueda despedir y tomar empleados siguiendo la marcha del mercado, y la sensación de precariedad llevará al trabajador a aceptar situaciones en las cuales, directamente, se le explote como a una máquina más.

Uno a uno los derechos de los trabajadores irán siendo sometidos a escrutinio cuidadoso y a recortes disimulados, en un principio, hasta que la situación de estos sea similar a las de finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Esto se verá facilitado por la falta de una oposición homogénea y organizada, ya que los organismos que nuclean a los trabajadores, los sindicatos, se han transformado en túneles de burocracia y componendas y se han alejado de los principios que les dieron origen.

Una vez que estos empresarios consigan extraer sistemáticamente la máxima plusvalía posible a cada trabajador comenzarán a precisar aun más dinero, el dinero jamás es suficiente porque el dinero es poder y el deseo de poder es inagotable. Las nuevas fuentes de dinero son tradicionales en realidad, ayudas del Estado, créditos subvencionados que jamás se devuelven, exenciones impositivas, etc., factores que procurarán trasladar hacia la clase trabajadora, ya pauperizada, el costo operativo del Estado. Pero dado que la clase trabajadora ya no dispondrá de mucho más dinero para dar, el Estado deberá achicarse, deberá despedir y reducir su tamaño llevándolo a la mínima expresión.

Esto significa, ni más ni menos, que perder el control. El Estado ya no dispondrá del poder efectivo que necesita para controlar el desarrollo de las actividades asociadas a una industria. No podrá verificar que no contaminen, que no cometan actos fraudulentos, que no intenten evadir los pocos impuestos que todavía estén obligadas a pagar.

Igualmente, menos dinero significa menos ayudas económicas, por lo que será preciso reorientar el uso de ciertos fondos que hoy benefician a los trabajadores. Se endurecerían, por ejemplo, las condiciones a cumplir para acceder a los pagos por desempleo, se reducirían los montos a pagar diseñando un nuevo sistema de porcentajes, se sumiría a la clase trabajadora en la desesperación en procura de un solo objetivo: Que el dinero siga fluyendo gratis a las cajas registradoras de estas empresas.

El caso expuesto en Aventura en la Tierra es un ejemplo de esto aunque España es todavía un Estado fuerte y puede poner las cosas en su sitio o al menos descubrir las trapacerías que se ocultan detrás de la fachada de estas empresas. Sumando los 16 millones de euros que debe a la Seguridad Social, los 955 millones obtenidos como ayuda para desarrollar la aerolínea tan graciosamente cedida por quien conducía el estado en el 2001 y que ha destinado a cualquier otro fin, y los 26,5 millones de euros de un crédito otorgado por Caja Madrid, en donde es miembro del Consejo de Administración, llegamos a la bonita cifra de 997,5 millones de euros, 997,5 millones de euros que no fueron destinados a “generar empleo”, “crear puestos de trabajo”, sino, seguramente, a la especulación financiera y el enriquecimiento personal .

Que sus empleados pierdan su trabajo no es algo importante para este tipo de empresarios, es algo absolutamente secundario, ya que para ellos sus empleados son fichas en el tablero de un juego en el cual, cada día que pasa, tienen más y más posibilidades de ganar, un juego en el cual solo ellos poseen el derecho de tirar los dados.

miércoles, 28 de octubre de 2009

The Corporation




La sinopsis siguiente esta extraída de cbaPlay y ha sido expuesta por Duisb, aunque ignoro el nombre de su autor original (el autor de la sinopsis, no del video).:

"The Corporation" es un documental dirigido por Mark Achbar y Jennifer Abbott que durante dos horas y cincuenta y tres minutos se interna en el mundo empresarial psicopático. Está basado en el libro con el título ‘La Corporación, la persecución patológica del beneficio y el poder’, de Joel Bakan.

Con entrevistas realizadas tanto a ejecutivos de multinacionales, brokers de bolsa, espías industriales, así como a activistas y pensadores contra la globalización (Noam Chomsky, Naomi Klein y Michael Moore, entre otros) se analiza el comportamiento de las multinacionales.

Todo adornado con imágenes de anuncios y noticias de la televisión y videos promocionales de las empresas. La linea argumental consiste en dar por válida la hipótesis legal por la cual una empresa es “una persona” con derechos y obligaciones. Si es así la película se adentra en su comportamiento, su conducta y sus deseos. Amoral, única y exclusivamente motivada por la búsqueda del beneficio propio, no obstante busca la autojustificación y dar una cara humana.

Sometiéndole a un test psiquiátrico propuesto por la Organización Mundial de la Salud, Joel Bakan demuestra que “La Corporación” responde al perfil de un psicópata, y para testificarlo entrevistan a un alto cargo del FBI especializado en psicópatas.

La película, entre otros premios, ganó el de la audiencia al mejor documental en el festival de cine de Sundance, al que por premura no se presentó, pero fue invitada especialmente y aclamada por el público. A partir de este premio, el autor decidió distribuir libremente la serie por las redes de pares.

martes, 13 de octubre de 2009

La ignorancia


La ignorancia es suave, tibia, protectora. La ignorancia nos salva de tomar decisiones, evita que leamos historias innecesarias dejando a nuestro alcance solo aquellas más oportunas. La ignorancia pone, ante nuestros ojos, unas delicadas lentillas que iluminan el día con precisos y determinados colores, aquellos colores que nos convienen. La ignorancia nos toma de la mano, nos lleva a las alturas y antes de soltarnos nos insta a que volemos.

Pero por supuesto, no volamos.


Relacionado:
Las 25 noticias más censuradas en 2009
Relacionado: La manipulación política (blog de Animal Político 2.0)

miércoles, 7 de octubre de 2009

Existe una relación directa entre la inversión de un país en investigación, desarrollo e innovación tecnológica (I+D+I) y su situación económica, de hecho, la comparación de la inversión en I+D+I entre los distintos países de Europa sirve como ejemplo de esta aseveración.

Esta relación no es casual, invertir en I+D+I permite diversificar la economía, alcanzar ventajas competitivas en distintas áreas económicas y permite a un país abandonar su dependencia de un tipo de industria específico. En el caso de España cuyas dos grandes “industrias” son el Turismo y la Construcción, esta necesidad de diversificar es más que evidente.

Bastó una crisis internacional para que el efecto de la contracción del crédito sumado a la contracción en el sector del turismo disparara el desempleo a niveles históricos. Esto nos indica que necesariamente España ha de desarrollar aquellos sectores económicos que en razón de su escaso crecimiento no presentaban un impacto significativo en la creación de empleo.

Si se realizara una significativa inversión en sectores como el de las energías limpias renovables, la biotecnología, salud, comunicaciones, nanotecnología, etc., podría desarrollarse un nuevo tejido industrial mucho más preparado para enfrentarse a estas periódicas crisis del sistema que tanto afectan hoy día a las economías menos diversificadas.

El bienestar económico de España no puede depender de dos “Industrias”, ser un país fuerte y desarrollado requiere tener más de dos áreas industriales fuertes y desarrolladas ya que ello conlleva a una mayor estabilidad del empleo, una mayor estabilidad fiscal, una mayor estabilidad económica en general.

Sumado y como corolario, podemos ver que países como Finlandia comenzaron a mejorar su situación económica al destinar cada vez mayores porcentajes de su PIB a la actividad de I+D+I, es imposible no ver esta relación. Si hiciésemos un cuadro con el nivel de inversión en I+D+I con todos los países del mundo veríamos que su posición en este cuadro se correspondería con la posición que ocupa su economía entre las demás economías mundiales.

Por supuesto, no ha de esperarse que el resultado de una mayor inversión en I+D+I sea inmediata, si España duplicase hoy el porcentaje del PIB que destina a I+D+I no implicaría que el próximo año se hubiese conseguido desarrollar un tejido industrial poderoso. Pero realizando ese esfuerzo y contando con un plan a largo plazo se obtendría, al fin, un país verdaderamente desarrollado con la capacidad competitiva suficiente como para enfrentarse en igualdad de condiciones con los países que actualmente ocupan los primeros puestos en cuanto a nuevas tecnologías.

Por el contrario, reducir la inversión en I+D+I conlleva no el riesgo sino la seguridad de retroceder en cuanto al nivel de desarrollo retrasándose a puestos inferiores con respecto a las demás naciones europeas y los EE.UU.

Entonces, la necesidad de oponerse al recorte presupuestario en I+D+I no es un capricho, ni un deseo romántico, ni una posición meramente intelectual sino una imperiosa necesidad si se desea alcanzar un grado de crecimiento económico sostenible y continuado a través del desarrollo de nuevos mercados y de la consolidación de los distintos sectores industriales, solo posible a través de la diversificación de estos sectores.

Al mismo tiempo, apoyar la inversión en I+D+I conlleva la necesidad de invertir en Educación, mejorando los planes de estudio para que la nueva generación pueda enfrentarse con solvencia a las necesidades de mano de obra especializada que presentarán las nuevas industrias.

Por otra parte, si consideramos los gastos (no inversiones, sino gastos) superfluos que realiza el Estado en la actualidad y que NO ha recortado como, por ejemplo, destinar parte de la recaudación fiscal a sostener distintas religiones y cultos, construir estadios de fútbol o consideramos las ayudas destinadas a sostener a las distintas entidades financieras que se vieron comprometidas durante la presente crisis económica, veremos que existe una tendencia a confundir lo urgente con lo importante y lo superfluo con necesidad.

Sin embargo, hemos de reconocer que la necesidad de invertir en I+D+I es urgente a la vez que importante, no es superflua y sí necesaria. Es ahora cuando el Estado español debería apostar a futuro y destinar una mayor partida presupuestaria en esta área en beneficio de la economía del país. Es ahora cuando el Estado español ha de reconocer que no ha hecho el esfuerzo necesario en I+D+I y que esa, y no otra, es la causa del fortísimo impacto que la crisis ha tenido en la sociedad, que esa es la causa de que en pleno siglo XXI el Estado español siga dependiendo para su salud económica del sector del turismo y del sector de la construcción.

Inexorablemente, la salud de la economía española exige que se desarrollen nuevos sectores industriales en lo posible no dependientes entre sí que generen a su vez empresas satélites que provean a sus necesidades y esto solo se conseguirá investigando, desarrollando e innovando para producir, trabajar y competir.

Pensamiento crítico

Otra vez en Espejos y Dragones ofrecemos dos versiones diferentes acerca de un mismo hecho ¿En cuál creer? Estas son las ocasiones en las cuales debemos aplicar lo que solemos llamar pensamiento crítico, la capacidad de separar verdad de mentira a través de la investigación personal, de la comparación de la validez de las distintas fuentes y de lo que nosotros mismos percibimos como realidad.

No diré cual es mi opinión, ni cual mi idea, no diré si pienso que el calentamiento global es una verdad o una mentira, solo les ofrezco las dos versiones para que ustedes se tomen el tiempo de investigar, formarse una opinión y al fin hacerse una idea acerca de cuál de las dos versiones es la más cercana a la verdad.
Vean ambos documentales, comparen datos, busquen referencias, busquen certificar los gráficos que ambos ofrecen y fórmense una opinión lo más personal posible ya que eso les acercará a la verdad.
Por lo demás, ambos documentales son entretenidos y didácticos por lo que no se aburrirán al verlos.

Una verdad incómoda


Videos tu.tv


Producida por Al Gore

La gran estafa del calentamiento global



Producido por Martin Durkin

viernes, 25 de septiembre de 2009

El capital no tiene espíritu


Leí este post en Aventura en la Tierra y no pude menos que reconocer que jamás había asociado el desprecio por el trabajador y la evasión fiscal al feudalismo y/o nobleza. Cierto que ha existido un tiempo en el cual manos suaves y tez blancas eran símbolos de que NO se trabajaba y, por lo tanto, signo de belleza y es verdad que los nobles estaban eximidos de todo impuesto por lo que la idea puesta en la mesa por el administrador del blog mencionado abre una serie de posibilidades nuevas en cuanto a analizar la situación con una nueva óptica.

Sin embargo esto puede ser así en España donde, aunque no todos los empresarios tienen origen noble, puede que exista el deseo de emular los privilegios que estos tenían en el pasado, pero el desprecio por el trabajo y por los trabajadores por parte de los empresarios es más una constante mundial que una excepción, por lo menos a mi entender.

Supongo que ese desprecio viene de la necesidad de la plusvalía, si los empresarios valoraran a los trabajadores en su justa importancia reconocerían que no les pagan ni el 1% de la riqueza que estos producen (cuando digo empresa digo gran empresa, generalmente en las Pymes el empresario tiene tantos o más problemas que sus empleados y trabaja con ellos, codo con codo).

Además, la evasión fiscal es una característica de la empresa capitalista, ya que se considera lícito aumentar las ganancias como sea, aún si debes moverte en el gris de la legalidad, ya que la obtención de beneficios, de la mayor cantidad de beneficios posibles, es el lei motiv que las guía.

Si mal no recuerdo Max Weber proponía en "La política como vocación" que el Estado era la única organización humana que podía hacer uso legítimo de la fuerza. También proponía que el Estado era una especie de amortiguador de las diferencias entre las clases ricas y las menos favorecidas, es decir que, según lo que recuerdo hoy, el rol del Estado (entre todos sus roles) era el de redistribuir en parte la riqueza generada en una nación evitando los exagerados desequilibrios que vemos hoy en día.

Y llegamos a la noria de siempre.

¿Cómo puede redistribuir la riqueza el Estado? A través de una política fiscal que asegure que quien más tiene más pague.
¿Cómo se asegura el Estado que esto se cumpla? Con el poder de controlar y fiscalizar los asuntos económicos de las empresas y personas, esto es, a través de auditorías fiscales.
¿Cómo se asegura el estado el pago de estas cargas fiscales? A través de su poder de utilizar la fuerza de manera legítima, es decir, a través de la policía que arrestaría al evasor y de los jueces que lo condenarían.

Supongo que, y eso se desprende de mi ingenuo análisis, si una de estas patas falla todo se resquebraja, y eso es lo que sucede hoy en día en muchos aspectos. Dado que el hombre común ve la salud de las empresas existentes en su comunidad como una medida de su propio bienestar se tiende a justificar, aún por parte del Estado, muchas conductas empresariales reprobables.

Ejemplos. Muchos autos con defectos conocidos que ponían en peligro la integridad física de las personas que los utilizaban se pusieron en venta sin ser modificados en los EE.UU. bajo la lógica que la reparación del desperfecto implicaba más dinero que el costo de llegar a un acuerdo en los posibles juicios posteriores. Esto, que podría ser considerado negligencia criminal, era sorteado por la empresa ´"negando tener conocimiento del problema" y ofreciendo una indemnización al afectado.

Es decir que como indemnizar a los afectados afectaba menos a los beneficios que solucionar el problema, no arreglar el problema estaba justificado para la empresa.

Esto provoca también que si un empresario descubre que puede evadir ingentes cantidades de dinero sin pisar la cárcel lo haga, a menos que el monto de la multa anule los beneficios de la evasión y se pase una larga temporada en la cárcel..

Por otra parte, la explotación del trabajador es un rasgo innato del capitalismo. Como mencioné antes la ganancia del capitalista subyace en la plusvalía y cuando mayor la plusvalía mayor su ganancia, sin embargo, cuando menos gane el trabajador peor estará y este problema de conciencia se resuelve, supongo, pensando que el trabajador tiene lo que se merece por no ser una persona emprendedora.

Sí, por el contrario, el capitalismo se basara en la idea de la obtención de una ganancia razonable y en el ahorrar en tiempos de abundancia para soportar los tiempos de escasez no existiría la necesidad de provocar crisis periódicas para contraer la masa monetaria existente en el mercado.

Pero dado que las leyes permiten que los capitalistas retiren el completo de sus ganancias y que la quiebra de sus empresas rara vez afectan a su fortuna personal, gracias a las distintas leyes de Sociedades Comerciales y las formas que estas ofrecen de proteger el patrimonio propio, el capitalista retira sus ganancias y si su empresa quiebra él puede seguir disfrutando de sus ganancias sin que alguien se las toque.

Es decir que por un lado hacen creer a la gente que el trabajo dignifica cuando en realidad lo que para ellos es digno es la capacidad de iniciar empresas nuevas, dignifica ser un empresario y quien no lo es tiene lo que se merece, es decir, un salario lo más cercano al mínimo posible que se pueda pagar sin perder competitividad frente a los salarios de otras empresas.

Al mismo tiempo, y culpa de esa idea tan bien estimulada en nuestros cerebros de que las empresas sanas garantizan el bienestar de la gente, se considera lícito que el Estado acuda al rescate de las empresas cuando estas están en problemas (problemas que generalmente provienen de no haber realizado un colchón de emergencia para épocas de crisis provocadas por la especulación financiera de las mismas empresas) mientras que se considera un gasto inútil la inversión del Estado en el bienestar social y se lo insta a que privatice cosas como la salud y la educación.

Y llegará, creo, el tiempo en el que también se privatice la seguridad, la justicia y el ejército, y en ese momento el uso de la fuerza legítima dejará de ser una capacidad de los Estados y comenzará el declive de la sociedad tal y como la conocemos.

Porque no nos engañemos, la buena salud de las empresas no garantiza el bienestar de la gente de la misma forma en que la buena salud de las instituciones feudales no garantizaba el bienestar del pueblo.

Las empresas, en su ánimo de maximizar las ganancias, han contaminado y siguen contaminando nuestro planeta, explotan los recursos naturales a un ritmo insostenible, explotan mano de obra esclava y mano de obra infantil en los países que así se lo permiten, rehúyen pagar impuestos, piden exenciones impositivas , facilidades para su crecimiento y desarrollo, controlan la salud de sus empleados para asegurarse su máximo rendimiento, manejan a sus empleados como a un recurso material más, no reconociendo otras obligaciones para con ellos que las que la ley les exige por haberles sido impuestas luego de años de lucha sindical y que siempre presionan para erradicar a través de leyes como las de Flexibilización Laboral en Argentina.

Al mismo tiempo, pervierten los principios democráticos financiando las campañas políticas de aquellos candidatos que puedan favorecerlas, adquieren los medios de comunicación para darle a la sociedad una realidad pre-digerida que favorezca el punto de vista de sus propietarios, quien se opone a las necesidades y deseos de las empresas es malo, se fomenta su imagen negativa, quien va a favor de estos deseos y necesidades es presentado como el nuevo mesías.

Eso será cierto para las empresas, pero no para el ciudadano de a pie que las sostiene con su trabajo.

Y el tema da para más, pero me he excedido demasiado.

lunes, 14 de septiembre de 2009

Pensar en democracia

Algunas veces suelo cuestionarme las cosas que se dan por ciertas, en un banal ejercicio de pereza no suelo dejar ese tipo de cosas por escrito pero hoy he decidido poner en marcha mis dedos y escribirlo, veremos que sale.

Es creencia general que donde hay democracia hay igualdad, igualdad ante la ley, igualdad de oportunidades, también se cree que en democracia hay libertad, libertad para elegir y decidir en consecuencia. También es creencia general que en democracia el Estado somos todos, y que el Gobierno de ese Estado es un órgano temporal al cual le delegamos autoridad para que pueda tomar decisiones que nos beneficien a todos al mismo tiempo que administra y mantiene los tres servicios básicos que un Estado ha de proporcionar a quienes lo conforman: Seguridad, Salud y Educación.

Estos son solo algunas de tantas cosas que evocan en nuestra mente la palabra democracia, sin embargo todos estos puntos son cuestionables a la luz de lo que acontece. No podemos hablar de igualdad ante la ley en un Estado, por más democrático que se declare, donde el poder económico de una persona puede influir, gracias a abogados caros y otros métodos menos ortodoxos en la decisión de los jueces.

Tampoco podemos pensar que un niño que nace en la parte de menores ingresos en la escala social tenga las mismas oportunidades que un niño nacido en el extremo opuesto, las posibilidades de educarnos van de la mano con nuestras posibilidades económicas y las becas no alcanzan a solucionar este hecho. Si bien una persona con pocos ingresos puede, y debe, intentar acceder a la educación suficiente como para formarse un pensamiento crítico solo puede lograrlo sacrificando otras necesidades, cosa que la persona de mayores ingresos no suele tener que hacer. Además no en todos los países democráticos la educación superior es gratuita, y las personas de menores recursos han de trabajar para estudiar, o endeudarse para poder hacerlo.

También hemos de admitir que, en ciertos Estados democráticos, se ha o se pretende ceder la administración de los centros sanitarios y educativos a empresas privadas, tercerizándolos. Al pasar la salud y la educación a manos privadas podemos suponer que la empresa privada los gestionará buscando maximizar los beneficios y no los servicios con lo cual las prestaciones más onerosas serían dejadas de lado aunque fuesen necesarias.

También sabemos que los Gobiernos de los Estados democráticos suelen tomar más decisiones en beneficios de la gran empresa que del pueblo llano, aun cuando estas decisiones vayan en contra de los deseos o derechos de la mayor parte de la población del mismo. Las leyes que algunos países han aprobado flexibilizando contratos de trabajo para facilitar el despido son un ejemplo, que se esté o se haya hablado de aumentar la jornada laboral es otro. Igualmente, que ante una crisis económica las primeras medidas vayan dirigidas a solventar la situación de las empresas, incluso la de aquellas empresas que han participado activamente en la producción de la situación de crisis, son una señal de que el Gobierno de un Estado no vela por todos de la misma forma.

Y luego tenemos la libertad de elegir y de decidir en consecuencia. Esto sería posible en un Estado donde los medios de comunicación no tomaran partido e intentaran informar de los hechos sin intentar formar opinión, solapadamente, acerca de esos hechos, pero cuando una persona se ve bombardeada mediáticamente con noticias cuya subjetividad está fuera de toda duda y que responden a intereses empresariales, alejándose de los principios éticos que antes guiaba la profesión de periodista, la persona elige sobre bases falsas por lo que no podemos asegurar que elegir sobre bases falsas sea tener libertad de elegir. La manipulación de la información anula esta libertad.

Y podríamos seguir sumando numerosos ejemplos de cómo a cada libertad supuesta se le opone una forma de anularla, de cómo a cada derecho se le opone una medida que lo recorta o anula.

Y este tipo de cosas son las que me llevan a la conclusión de que la Democracia, tal y como se aplica actualmente, es un sistema de gobierno destinado a hacer creer a la gran mayoría que deciden quién les gobernará y cómo serán gobernados, aun cuando no sea cierto, para de esa forma tenerlos medianamente controlados.

sábado, 5 de septiembre de 2009

Espejos y Dragones


Han podido ver dos documentales. El primero de ellos cuenta acerca de la forma en la cual se informa en los EE.UU. acerca del conflicto Israel-Palestina y el segundo informa de la existencia de un Pallywood, una especie de Hollywood palestino destinado a inventar noticias con muertos y mártires.

Más allá de que en uno de los documentales uno de los expositores sea Noam Chomsky y que el otro documental haya sido emitido por Libertad Digital TV, cadena de televisión entre cuyos accionistas y periodistas se encuentra Federico Jiménez Losantos, personaje polémico donde los haya, lo que procuro al exhibir ambos no es enfrentar a pro-palestinos con pro-israelíes ni darle la razón a uno u otro. Pocos tienen una base firme acerca de la historia que conlleva a la generación de este conflicto y muchos opinan, a favor o en contra, sin estar debidamente informados pero lo cierto, incuestionablemente cierto, es que muere gente de ambos lados, que el terrorismo palestino se exporta y que los niños palestinos mueren culpa de bombardeos indiscriminados y bombas trampa y que las intifadas ocurren no en territorio israelí, sino en terrenos ocupados y controlados por Israel con el uso de su ejército que, sin lugar a dudas, es la fuerza militar mejor armada y entrenada del Medio Oriente.

Ya Hiram Warren Johnson había expresado en 1917 que “la primera víctima de la guerra es la verdad” razón por la cual las campañas de desinformación llevadas adelante tanto por israelíes como por palestinos no deberían sorprendernos, sin embargo, dudo que la muerte de Mohamed al Durah sea una farsa, un montaje, ya que dado lo relevante de su caso y dada la fama del Mossad, una de las agencias de inteligencia de Israel, no me cabe duda que de estar vivo ya lo habrían encontrado y lo habrían expuesto para descubrir la mentira.

La ocupación del territorio palestino por parte de Israel ya lleva más de 42 años (Israel ocupa la Franja de Gaza y Cisjordania en Junio de 1967) y si bien en el año de 2005 Israel desmantela los asentamientos ilegales que poseía en la Franja de Gaza pasando esta a estar bajo el control de la Autoridad Palestina, se reserva el derecho a efectuar operaciones antiterroristas en este territorio tal y como hizo durante la Operación Lluvia de Verano en el año 2006 y continua controlando el paso de mercancía y personas en las fronteras.

Creo que les será interesantísimo comparar estos dos documentos, interesantísimo también formarse una opinión acerca de esta guerra, sus causas y de la razón que impide la paz entre ambos pueblos.

viernes, 4 de septiembre de 2009

lunes, 24 de agosto de 2009

sábado, 22 de agosto de 2009

Los amos del dinero



Lista de reproducción: Amos del dinero

domingo, 16 de agosto de 2009

¿Ética corporativa?



¿Tienen ética las corporaciones? Debido, quizás, a que nos han enseñado que las empresas son personas (personas jurídicas) muchos hablan de la existencia de una ética de la empresa que puede diferenciarse, a través del estudio de esta, de los principios éticos de las personas que la dirigen y/o conforman.

Según mi experiencia hablar de una ética empresarial es forzar la analogía hasta el límite. Esta analogía nace de las similitudes que podemos hallar entre dos sistemas abiertos según la definición que de ellos hace la Teoría General de los Sistemas enunciada, originalmente, por Ludwig von Bertalanffy, según la cual podemos distinguir dos tipos generales de sistemas, Los sistemas abstractos, como por ejemplo los estudiados por la física, y los sistemas concretos, los que existen dentro de lo real.

A su vez los sistemas concretos pueden dividirse en sistemas cerrados y sistemas abiertos, estos últimos se identifican por presentar determinadas características que están ausentes en los sistemas cerrados, estas características son la autorrestauración y el automantenimiento, la autoorientación, la autodirección, y/o la autoorganización y la autodiferenciación.

Dado que dos sistemas abiertos presentarán estas características independientemente de su naturaleza es posible establecer analogías entre ellos, decir, por ejemplo, que una empresa es como un ser humano, que una empresa piensa, vive, crece, se alimenta, etc. de manera similar a una persona. Podemos decir que las empresas poseen cierta personalidad, carácter, temperamento… personalizamos a las empresas, les damos características humanas dejándonos llevar por la analogía y nuestra tendencia a personalizar cosas (personalizamos nuestros autos y otras posesiones aún cuando no sean sistemas abiertos) y eso nos lleva a la creencia de que puede existir una ética empresarial.

Lo que yo creo es que puede detectarse una resultante ética de acuerdo al comportamiento demostrado por las corporaciones, más no una ética real. Tampoco podemos decir que esa resultante provenga de la suma o sinergia de la ética de cada una de las personas que componen la empresa ya que la experiencia nos demuestra que un grupo de personas éticas pueden tomar decisiones reñidas con la moral si estas convienen a los fines de la empresa, corporación u organización.

El episodio ocurrido en el año de 1.986 en la ciudad de Azul, provincia de Buenos Aires, Argentina ejemplifica esto. Dos laboratorios farmacéuticos deciden probar, en un ensayo a campo, la efectividad contra la rabia de una vacuna nacida de la manipulación genética que se llamó vaccinia-rabia. Este experimento se realizó sin el conocimiento de las autoridades argentinas ni de las autoridades de la ciudad donde se llevó a cabo y tampoco se realizó en un ambiente controlado. Las vacas que fueron inoculadas con la vacuna fueron ordeñadas por peones que luego usaron parte de esa leche vendiendo el resto en la población (para más datos les remito a este excelente artículo publicado en la web del Círculo Médico de la ciudad de Rosario).

Este experimento sale a la luz porque uno de los investigadores que empleaba una de las empresas denunció el hecho a las autoridades argentinas, siendo despedido por la empresa, el empleado decidió seguir sus principios éticos pero la empresa no responde a ningún principio de esta clase sino a sus intereses y la ética de este empleado chocó contra esos intereses, transformándose, entonces, en no apto para trabajar en la empresa.

Seguramente sus compañeros y amigos, aquellos que trabajaban con él, le vieron como un traidor, ya que parte de nuestros principios éticos nos hacen leales los unos con los otros a la vez que con objetivos e ideales superiores. Mucha gente ética que trabajaba en esas empresas no habló porque consideró que lo que hacían estaba bien, justificado por esa lealtad a los objetivos de las empresas para las cuales trabajaban.

Casos como el de Azul, que parece un episodio de “La Hora 11”, se repiten diariamente en todo el mundo. Muchas empresas poseen comportamientos que, de tenerlo una persona, serían penables, pero al difuminarse dentro de la estructura corporativa se despenaliza aunque pueda dar lugar a causas penales.

Un ejemplo de esto es que se vendan autos con defectos de seguridad pasiva. La decisión de vender o no vender el auto no procede de un análisis en busca de la decisión más ética, sino de la más correcta desde el punto de vista económico. Dicho de otra forma, si el monto económico de las demandas que la empresa pueda sufrir es menor que los beneficios que pueden obtenerse y menor que los costos que generaría corregir esos defectos, la decisión tiende a ser “se fabrica y se vende”.

La preponderancia de los costos y de la necesidad de obtener beneficios a la hora de tomar decisiones aleja a la empresa de cualquier principio ético, dicho de otra forma, la decisión más acertada es la que produce más beneficios al corto plazo. Empresas y corporaciones tienen que ser obligadas por ley para no contaminar, por ejemplo, mientras que un comportamiento ético nos indicaría preocuparnos por la explotación racional de los recursos naturales.

martes, 11 de agosto de 2009

The shock doctrine

Sociedad y paradigma III

Imaginen, entonces, un mundo donde los trabajadores poseyeran todos los derechos y los empresarios todas las obligaciones. Estos últimos no ganarían dinero y los trabajadores cobrarían sin trabajar pero, seguramente, en ningún país esto ha pasado. Imaginen ahora, entonces, un mundo donde los empresarios tengan más derechos que obligaciones, y los trabajadores más obligaciones que derechos, tendríamos un mundo en el cual los trabajadores deberían tener más de un trabajo o hacer trabajar a más personas de su familia para poder subsistir ¿Eso les suena familiar?.

El problema de los trabajadores es que sus problemas solo son importantes cuando una elección se acerca, mientras que los empresarios, gracias al lobby, el marketing y su poder económico, gozan de atención todo el año, y cuando digo atención digo atención por parte del gobierno.

Si una crisis, por ejemplo, amenaza la salud de las empresas y el gobierno sale a rescatarlas con miles y millones de Euros, estamos ante un plan de gobierno para proteger las fuentes de trabajo y desarrollar el crecimiento de las empresas. Por el contrario, si una crisis amenaza el bolsillo de los trabajadores y el gobierno sale a rescatarlos con millones y millones de Euros, estamos ante un Estado paternalista ¿Por qué es lícito que un gobierno dé dinero a las empresas y no a los trabajadores o desempleados que viven en su territorio? Lisa y llanamente, porque los economistas suelen estar del lado de los empresarios, que los emplean, y no del lado de los trabajadores, que no pagan un mísero Euro por sus “estudios”.

A los economistas les encanta que sus nombres se asocien a la idea del “libre mercado”, de “flexibilización laboral”, de “plan de desarrollo empresarial”, más no les gusta tanto que sus nombres se asocien a ideas tales como “protección del trabajador”, “derechos del trabajador”, “redistribución de la riqueza”. Si sus nombres se asocian a lo primero, conseguirán todas las becas y subvenciones que necesiten por parte de los empresarios, los que tienen poder económico, si sus nombres se asocian a lo segundo, se ven obligados a trabajar de profesores, profesores adjuntos, o en algún trabajo que les permita llenar sus estómagos.

Primera conclusión de estos escritos: Los economistas no suelen ir contra los dueños del dinero, suelen asociarse a ellos y responder a sus intereses.

Cuando un economista habla de desarrollo económico habla en realidad de crecimiento económico ¿En que se diferencian? Cuando crece el PBI (o PNB) existe crecimiento económico, pero para que exista desarrollo económico además del crecimiento de PBI (o PNB) ha de existir una más justa redistribución de la riqueza, es decir que a los trabajadores además de importarnos si nuestro país crece en términos de PBI ha de importarnos, también, como se redistribuye éste porque a una mejor redistribución más nos toca. Así de sencillo, y así de ocultado.

La ilógica del pensamiento económico asociado a la empresa se verifica cuando los gurúes nos dicen que “facilitando el despido se crea empleo” ¿Qué? Desde pequeño sé que facilitando el despido se crea desempleo, o una masa de trabajadores que aceptan trabajar en condiciones de semi o esclavitud total con tal de no perder el trabajo, si no me creen, lean la historia del siglo XIX, de cuanto cobraban, de cómo vivían los trabajadores en aquella época, cuando el trabajador no gozaba de protección alguna.

El problema al que se enfrentan los empresarios es que para fomentar el consumo alguien ha de ganar lo suficiente como para consumir algo. Los países del primer mundo consiguieron esto durante mucho tiempo gracias a los países del tercer mundo. Sojuzgando a estos países, conseguían las materias primas a precios bajísimos, eso implicaba un transporte de riqueza de los países del tercer mundo a los del primero, que con esa riqueza financiaban la existencia de una clase media que compraba sus productos.

El problema hoy es que los países del tercer mundo ya están asfixiados, no es posible ya transportar más riqueza, por lo cual a los países del primer mundo solo les queda ir achicando su clase media, ir transfiriendo la riqueza de clase a clase y lo están haciendo, aunque saben como terminará todo: Un 2% de la humanidad controlará el mundo y un 98% sufrirá las consecuencias pero ¿Cómo puede sostenerse esta situación por mucho tiempo? Supongo que no lo saben, razón por la cual los ejércitos del primer mundo están siendo educados para obedecer al presidente aunque las órdenes vayan en contra del pueblo, verdadero soberano.

Por esto es que podemos ver que manifestaciones pacíficas son reprimidas severamente por las “fuerzas del orden” gubernamentales, sin tener en cuenta el derecho a manifestarse de los ciudadanos.

¿Cómo puede hacer huelga un camionero si sabe que sobre él recaerá la culpa de que no haya mariscos para la paella? ¿Cómo puede hacer huelga el trabajador de un metro si luego recaerá sobre él la culpa de que lleguemos tarde al trabajo? ¿Cómo pueden hacer una manifestación los estudiantes si se les llamará revoltosos y se los reducirá a palazos?

¿Y por qué la sociedad permite esto? Por miedo, puro miedo. Nos dicen que si no privatizamos la seguridad social nos quedaremos sin servicio de salud para todos, que si no privatizamos las escuelas nuestros chicos se educarán mal y peor y no conseguirán trabajo…

Todo favorece a las empresas, y en nuestro sistema de cosas es lo correcto, dentro del capitalismo, el poder lo tiene quien posee el dinero…

Y lo más triste, muchos trabajadores pensarán que meo fuera del tiesto… Poniendo en el capitalismo la misma fe que antes se ponía en Jesucristo.

miércoles, 5 de agosto de 2009

Sociedad y paradigma II

Solemos aceptar sin mucho esfuerzo que si una situación determinada pierde su equilibrio las cosas empeoran, como ejemplo los ecologistas suelen decir que si el hombre no se preocupa por mantener el equilibrio ecológico la situación mundial se irá, con perdón, al carajo. Coincido con ellos, es inevitable que si seguimos cortando árboles, ensuciando los mares, quemando combustibles, la cosa se pondrá muy pero que muy fea.

Por otra parte, el equilibrio perfecto rara vez existe en sistemas integrados, según la Teoría de General de Sistemas los sistemas tienden al equilibrio, sin jamás alcanzarlo. Los sistemas se ajustan para aparentar una situación equilibrada utilizando un proceso llamado retroalimentación y daré un ejemplo traído de los pelos. Cuando uno se baña suele ajustar los grifos de agua caliente y fría hasta conseguir la mezcla ideal, que deja el agua a la temperatura que más nos apetece. En este caso, quien nos retroalimenta es la piel, que a través de la sensación frío-calor nos indica que grifo ha de ser abierto y cuál cerrado. Cuando más rápido el mecanismo de retroalimentación más posibilidades de alcanzar una situación de equilibrio.

Fantástico.

El problema es que en lo que respecta a la economía el mecanismo de retroalimentación suele tardar meses, una medida económica tomada hoy no mostrará sus verdaderos efectos hasta unos meses después, de allí que la economía se caracterice por la aparición de crisis que han de ser resueltas, las crisis son parte de este mecanismo de retroalimentación pero al existir tanta distancia entre el origen de la crisis y su aparición no siempre es dable unir la causa con el efecto. Por esto los economistas crearon los indicadores económicos, especie de relojitos teóricos que ayudan a predecir situaciones futuras.

Pero estos indicadores no siempre se interpretan correctamente o no siempre dicen la verdad. A veces mienten.

De allí que en determinado momento se pusieran de moda los escenarios económicos, para jugar con ellos se utilizaban programas de computación que permitían ver como se desarrollaban las cosas según las decisiones que se tomaban vs. las variables del entorno. Estas simulaciones resultaron muy útiles para algunas empresas pero cuando las trasladamos a la economía del Estado no resultaron tan fiables. La causa de esto es la inconmensurable cantidad de variables a tener en cuentas, podríamos decir que son infinitas, por lo que construir un modelo a escala lo suficientemente válido era tarea de titanes y, para hacer honor a la verdad, he de decir aquí que los economistas no tienen nada que ver con los titanes.

Para peor, una misma situación es percibida de maneras diferentes por observadores diferentes. Digamos que un desempleado ve muy bien que extiendan la duración d el seguro de desempleo mientras que un empresario, que teme le incrementen los impuestos, lo ve muy mal.

Y aquí comenzamos a hablar de lo que trataré próximamente: Los derechos de los empresarios tienen, como contrapartida, una serie de obligaciones, de igual manera los derechos de los trabajadores tienen obligaciones como contrapartida.

La historia nos demuestra que ambos, empresarios y trabajadores, tratan de saltarse sus obligaciones intentando acrecentar sus derechos, pero esta situación no escapa a la regla que indiqué al inicio: Cuando el equilibrio de una situación se rompe lo que se obtiene es un empeoramiento de las condiciones que termina, tarde o temprano, afectando al todo.

viernes, 10 de julio de 2009

Sociedad y paradigma


Resulta increíble que después de tantos años de evolución el ser humano no haya avanzado demasiado, por no decir nada, en lo concerniente a su organización social. Sí, es cierto, esta organización puede ser más o menos compleja, puede contener más o menos rituales, ceremonias y ritos y la complejidad de estos puede ser abrumadora pero en la práctica seguimos empantanados en el sistema social de nuestros orígenes.

Seguimos teniendo necesidad de un territorio, algo a lo que llamar nuestro y mirar con afán de propietario, y los que viven en ese territorio siguen eligiendo un jefe, alguien que los guíe, y ese jefe puede er removido si no cumple o si traiciona los deseos de la tribu o del “consejo de sabios”. A lo largo de la historia de la humanidad se ha repetido esto, podemos identificar una complejidad organizacional cada vez mayor pero la base s la misma, es el ordenamiento piramidal del grupo donde una base amplia provee a las necesidades de distintas capas, cada capa menos numerosa que la anterior. Esto lleva a que en cualquier sociedad civilizada el 20% de esa sociedad disfrute de los bienes producidos por el 80% restante y nadie parece haber encontrado una solución a esa tendencia.

¿Es esto creíble? No, por supuesto, de allí mi primer párrafo. Es indudable que el ser humano, al menos la mayoría, piensa que la exclusión social y la explotación de una clase favor de otra clase es algo malo, pero que en la práctica nadie consigue una manera de evitar u oponerse a esta realidad. Siempre habrá jefes, siempre habrá privilegiados, siempre existirá una clase sometida, siempre existirán los excluidos.

Los dos pensamientos económicos más importantes nacidos en el siglo XVIII, el liberalismo y el marxismo se han transformado, para adaptarse a las necesidades rituales que parecen dominar nuestro pensamiento, en religiones irreconciliables aunque, en práctica, tanto el liberalismo económico como el marxismo obtuvieran similares resultados: Una clase dominante y una clase dominada. Que la clase dominante sea la burguesía, la clase política, los grandes capitalistas, la nobleza, etc., no varía en demasía la situación de la clase oprimida, proletariado, trabajadores, siervos.

El desafío de la humanidad es, entonces, generar una sociedad que aplicando conceptos prácticos y eficientes de organización vaya eliminando los viejos conceptos tribales que aún subsisten (y con más fuerza que nunca) como la idea de necesitar un jefe, la territorialidad, la idea de que se pueda sacrificar un individuo en pro del bien común y la ley del más fuerte.

Esto, por supuesto, no es fácil, exige que olvidemos aquellos paradigmas dentro de los cuales nos sentimos cómodos, paradigmas que si la inspiración sigue acompañándome analizaré en los post siguientes.

martes, 23 de junio de 2009

Irán ¿Fracasará otra vez la revolución de un pueblo?

Irán es un despropósito, no los sucesos actuales, sino lo que ha sucedido y en lo que se ha convertido Irán, es un despropósito. La revolución que en su momento destrona al Sha de Irán y que termina entronando al ayatolá Jomeini en su lugar fue un despropósito, no porque no fuera necesaria (siempre es bueno y necesario destronar un tirano), sino porque reemplazó a un tirano político por un tirano religioso, y nada es más peligroso que la fe porque, aceptémoslo, una persona con fe en algo no teme cometer el delito más atroz porque su fe así se lo exige y si finge su fe puede, libremente, usar la fe de otros para justificar sus excesos.

De hecho, la fe no es un fenómeno solo religioso, sino que aparece en muchos otros aspectos como, por ejemplo, la política. Hitler y Mussolini pudieron hacer lo que hicieron, purgas, guerras, matanzas varias, porque la gente tenía fe en ellos ¿Y qué es tener fe? Es creer sin necesidad de prueba alguna, creer por creer, sin nada de fondo que justifique esa creencia más que nuestra propia credulidad.

Lo que sucede hoy en Irán es una revuelta o revolución, según quien lo mire y quien lo explique, la gente se ha hartado de ser manipulada y ha salido a la calle para gritar contra esa manipulación, la gente quiere reformas políticas, quiere que las cosas cambien para mejor, como querían que cambiasen las cosas para mejor cuando Jomeini entró en escena y, literalmente, pudrió todo.

El despropósito de los sucesos actuales se dará si Musavi se entroniza en gracias al desastre, indudablemente Musavi es un hombre del régimen y no actuará en contra del Consejo de Guardianes, el auténtico problema de la sociedad iraní. Hayan, o no, apoyado los pobres al actual presidente, haya sido, o no, apoyado casi exclusivamente por la clase media alta el candidato opositor, lo cierto es que con uno o con otro el Consejo de Guardianes seguiría vivo y mandando, y el problema de Irán no es el actual presidente, el problema de Irán es que la religión es la ley.

El problema de Irán es que es una teocracia y que mientras sea una teocracia sus problemas no se resolverán, el problema de Irán es que religión y Estado van de la mano, no están separados, y a través de la religión puede justificarse hasta la anatematización de todo un pueblo, sexo, ideal, gusto, costumbre, etc.

¿Qué sucederá si Musavi alcanza el poder? ¿Se relajarán las leyes y podrán las mujeres vestirse al uso occidental, vivir y expresarse libremente? ¿Podrán los homosexuales vivir sin el miedo a ser ejecutados en la plaza pública? ¿Sin ser condenados o tratados peor que un perro? No lo creo, mientras el Consejo de los Guardianes siga en el poder, nadie podrá relajar lo que ellos piensan es el significado de los preceptos del Corán y mucho de lo que ellos entienden como bueno nosotros lo entendemos como cruel, innecesario, injusto, y por eso andamos como andamos.

Esta revuelta no debería detenerse si Musavi alcanzase el poder, debería pasar de ser una mera rebelión a ser una verdadera revolución, debería barrer a todo y a todos los que no entienden el significado de la palabra libertad y se entregan al libertinaje propio de las dictaduras, y digo libertinaje no en el falso sentido que todos solemos darle, sino en el que entiendo tiene realmente: No comprender que todos tenemos el derecho a decidir y que el derecho a decidir lo que hacemos, queremos, pensamos, sentimos, es intransferible. De la misma forma en la cual no podemos transferir a otro un dolor de muelas no podemos transferir a otro nuestra libertad de decidir.

Libertinaje es reducir la palabra libertad a una burla, la democracia a una obra de teatro, es unir religión y Estado, es cancelar el derecho a ser quienes en verdad somos en nombre de una falsa moral y de una fe que considera más terrible que un hombre se enamore de otro hombre que el asesinar a ese hombre enamorado, o “reeducarlo”, o “adoctrinarlo”, en lugar de celebrar el amor en todas y cada una de sus formas.

Libertinaje es considerar a la mujer como “inferior” al hombre y no como su igual, es querer reducirla a un objeto cuya virtud es no tentar al hombre exhibiendo su cabellera, o su rostro, o sus curvas, o la intrínseca belleza de su sexo. Libertinaje es considerarla no inteligente porque está escrito, es considerarla impura cuando menstrua, es considerarla culpable si la violan.

Todo lo demás, si Musavi o no Musavi, si las elecciones fueron o no fraudulentas, carece de sentido, porque desde el momento en el cual el Consejo de Guardianes se arroga el derecho de decidir que “candidatos” son potables la palabra democracia deja de tener sentido. Y si Musavi les pareció potable es porque su proyecto no fue del desagrado de este Consejo, y si ese proyecto no desagradó al Consejo ese proyecto no ha de tocar ninguna de las “leyes santas” que ese Consejo ha propiciado.

Y esto significa, ni más ni menos, que el “proyecto” de Musavi tampoco incluye a la libertad del pueblo entre sus objetivos.

La revolución, para tener sentido y no ser un mero despropósito, ha de seguir y ha de estremecer el país hasta derribar los cimientos del Consejo de los Guardianes, ha de enviar a los ayatolás a sus templos y ha de separar la religión del Estado. Si la revolución se detiene solo porque Musavi alcanza sus objetivos la revolución solo le habrá cambiado de collar al perro y los iraníes continuarán encadenados.

miércoles, 10 de junio de 2009

¿Por quien vela la economía?

Si pudiésemos deshacernos de las supuestas verdades económicas que gracias a la fuerza de la repetición se han transformado en los axiomas sobre los cuales se basan las distintas teorías en boga en la actualidad podríamos ver las cosas con un prisma diferente. Pongamos, por dar un ejemplo, bajo la lupa a la famosa “ley de la oferta y la demanda”, que a grandes rasgos nos dice que si la oferta de un producto supera la demanda el precio de ese producto baja, mientras que si la oferta de un producto es inferior a la demanda el precio de ese producto se incrementa. Esta ley es parte de lo que se conoce como “mano invisible del mercado”, la que, supuestamente, regula la salud de los mercados económicos.


En la practica, cuando el precio de los productos crece tenemos inflación, y cuando el precio de los productos disminuye, tenemos deflación, si traemos a este escenario la ley de la oferta y la demanda los ciclos inflación, deflación, aparecerían como naturales, un producto subiría su precio hasta que la demanda bajase y luego disminuiría su precio hasta que la demanda comenzara a incrementarse nuevamente y así se conseguiría una situación de equilibrio, pero no de equilibrio estático, sino de equilibrio dinámico, como la situación de equilibrio que tiene un péndulo al oscilar.


Sin embargo, tanto frente a un escenario inflacionario como deflacionario los economistas hablan de crisis, crisis inflacionaria y crisis deflacionaria, pero no mencionan la palabra crisis desde el punto de vista de “cambio” ya que un período de crítico es un período de cambio, sino bajo la óptica de su otro significado, el de peligro o riesgo. Por lo tanto, los mismos economistas que sostienen la idea de “la mano invisible del mercado” sostienen que hay que intervenir para evitar que aparezcan los efectos que produce esa “mano invisible”.


¿Cuáles son los remedios propuestos para una época de inflación? Teniendo en cuenta que la inflación se produce, por lo general y de acuerdo a lo comúnmente aceptado, por un exceso de liquidez en el mercado, se aconseja reducir esa liquidez y la mejor manera de reducir esa liquidez, cosa que el mercado haría naturalmente aumentando los precios, es congelar los salarios y flexibilizar los contratos laborales. De esa forma los salarios quedarían inmóviles frente al crecimiento de la desvalorización del dinero y se obtendría, a cambio, una reducción real del poder adquisitivo que tendería a aumentar la velocidad de aparición de la caída de los precios. Igualmente, la flexibilización de los contratos laborales incentivaría a los productores a tomar más trabajadores para incrementar su producción y un aumento de producción repercutiría, también, en la bajada de precios de los productos.


Pero cuando los precios comienzan a caer se anuncia una nueva crisis, la deflación, dando como origen de la deflación a la caída de los índices de consumo, y para luchar contra la caída de los índices de consumo, provocado también por una baja liquidez monetaria en el mercado, se aconseja la reducción pactada de salarios y la reducción de la protección laboral, esto es, la flexibilización de los contratos laborales. Ante índices negativos de inflación se constata que el poder adquisitivo de los salarios se incrementa, por lo cual y para evitar que el costo del trabajador crezca para la empresa es aconsejable reducirlo, adecuándolo a este índice de manera que las empresas no sufran un recorte drástico en sus beneficios. Por otra parte, si es barato contratar empleados se supone que las empresas contratarán más ya que esto no implicaría una carga demasiado onerosa en sus beneficios y estarían más dispuestas a correr el riesgo.


Dos problemas distintos, las mismas soluciones ¿Esto es economía?


Si para combatir un exceso de liquidez en el mercado es aconsejable congelar los salarios ¿No sería aconsejable incrementarlos para combatir la falta de liquidez? Como se advierte, en algún punto existe una fala de razonamiento, pero no del razonamiento en sí, sino del punto a partir del cual se razona. Ambas líneas argumentales parten de las necesidades de las empresas, no de las necesidades de las personas.


Esto es lo que provoca que para aumentar o disminuir la liquidez en el mercado las medidas drásticas siempre se focalicen en los trabajadores y las ayudas en las empresas. Cuando hay que aumentar la liquidez todos los Estados hacen uso de sus fondos para inyectar liquidez a través del sistema financiero, o la inyectan a través de las empresas productivas a través de subvenciones o del recorte de la carga fiscal que soportan. Las medidas siempre se producen con el fin de aumentar o mantener la rentabilidad de las empresas, jamás para aumentar o sostener la capacidad adquisitiva de la persona de la calle, la gente de a pie.


Esto nos recuerda las medidas tomadas en Inglaterra en la época medioeval, cuando la peste había reducido tanto la población campesina que por primera vez los campesinos pudieron aspirar a conseguir mejoras en sus condiciones de vida. La ley prohibió los aumentos salariales, prohibió el libre tránsito entre las distintas comarcas, etc. Todas las medidas que se implantaron en aquellos tiempos estaban destinadas a mantener el status del señor feudal.


Cambiemos, entonces, la palabra feudal por la palabra empresa o empresario y tendremos una idea más o menos clara de lo que está sucediendo en la actualidad.


Pareciese ser que es adecuado que los distintos estados salgan a socorrer las grandes instituciones financieras, las grandes empresas mientras que es inadecuado que el Estado socorra a la gente de a pie. Dicho de otra forma, si un Estado socorre a la gente de a pie es acusado de paternalista, sin toma medidas que procuran regular y controlar la vida de bancos y empresas es acusado de intervencionista pero si por el contrario un Estado toma medidas destinadas a socorrer a las grandes empresas y a las entidades financieras se lo considera desarrollista, que apuesta al crecimiento económico, y si toma medidas destinadas a controlar y regular los derechos y la situación de los trabajadores es considerado, por los mismos economistas, un Estado económicamente serio, que hace lo que se tiene que hacer.


Por supuesto, un Estado que proteja a bancos y empresas más que a la gente de a pie podrá aspirar a un crecimiento del Producto Interno Bruto pero también provocará que ese crecimiento del PIB se concentre en estas empresas y bancos. En realidad, el crecimiento económico no es suficiente para generar el bienestar social, es necesaria también la justicia social, es decir, la forma en la cual este crecimiento económico se distribuye entre el total de la población de un Estado.


Todas las medidas que, según hemos escuchado, se han tomado en los EE.UU. y en los países de la Comunidad Económica Europea están destinadas al apuntalamiento y sostenimiento del sistema financiero y de ciertas empresas, no a socorrer a la gente. Todas las medidas que se han puesto en marcha, préstamos a los bancos, reducción de impuestos a las grandes empresas, créditos y subvenciones para comprar vehículos, etc., favorecen la concentración de la riqueza, favorecen al empresariado, no al contribuyente de a pie y, por lo tanto, difícil es que la gente de a pie vea una mejora en su situación personal al corto o medio plazo.


Se sigue con la idea de que lo primordial no es resolver el problema, sino mantener el status quo vigente, y eso es gracias a la categoría de axioma que han alcanzado las teorías económicas que sustentan el liberalismo económico, teorías que, según demuestran los hechos, solo conducen a crisis cada vez más profundas, a aumentar la exclusión social, a aumentar la diferencia entre pobres y ricos.


¿No debería crearse un nuevo sistema económico para reemplazar a este sistema que, y siempre de acuerdo con los hechos, ha demostrado que no es favorable ni es capaz de satisfacer las necesidades de la mayoría? ¿Es correcto favorecer a una minoría alegando que de esa manera se sostiene el bienestar general aún cuando somos testigos de cómo ese bienestar general se cae a pedazos?


Indudablemente las teorías económicas vigentes cojean de un pie y ese pie es siempre el mismo, indudablemente las crisis favorecen la acumulación de riquezas en capas específicas de la población, indudablemente las crisis aumentan el número de excluidos sociales y esto es así, aún cuando después traten de disfrazarse las realidades con estadísticas.