viernes, 29 de mayo de 2009

¿Y el caso Gürtel? Bien, gracias.

Hoy, no he podido menos que mosquearme con las últimas noticias referidas al juez Baltasar Garzón. En este post, por ejemplo, se dice que uno de los jueces que firma como ponente la admisión a trámite de la querella presentada por el Sindicato Manos Limpias ha firmado un manifiesto contrario a la exhumación de los cadáveres de las víctimas del franquismo y, al mismo tiempo, el diario El País declara, en este otro artículo, que el citado juez es patrono de honor de la Fundación para la Defensa de la Nación Española, organización “próxima al sindicato ultraderechista autor de la querella, Manos Limpias”.

¿Es tonto suponer que se ha conspirado para quitar a Garzón, y al mismo tiempo, al caso Gürtel, del escenario político? ¿No falta a la ética judicial que una persona asociada a movimientos contrarios a la exhumación de los restos de las víctimas del franquismo y que al mismo tiempo es patrono de honor de una organización cercana a la organización querellante sea uno de los que admitan a trámite una querella que la misma fiscalía aconsejó desestimar?

La razón nos indica que algo se mueve debajo de las aguas visibles, algo extraño y quizás más corrupto que los hechos de la trama Gürtel y que es no solo necesario, sino indispensable, esclarecer.

Imagen extraída de "El blog de Ricardo Campos"

jueves, 28 de mayo de 2009

La red del diablo

Suelo ser un asiduo lector del Blog Ausente, excelente blog que trata de los tebeos y la cultura casposa enseñando sin aburrir, es más, enseñando mientras divierte aunque, por supuesto, lo que enseña no suele servir para aprobar en la ESO pero, al lector un poquito avisado, le permite ver la razón de que se demonice tanto a internet en estos tiempos que corren.

La razón es que se acostumbra a demonizar las nuevas tecnologías y como ejemplo podemos decir que se ha demonizado el ferrocarril, el automóvil, el cine, la radio, la televisión, etc. Aparentemente tememos a lo nuevo, lo nuevo es una fuente potencial de peligro y una forma de luchar contra lo nuevo es aferrarnos a lo conocido, rechazando las nuevas tecnologías, la historia tiene muchos ejemplos de esto.

También se ha demonizado lo que amenaza con romper la estructura social, el sistema de normas que, tácitamente, toda sociedad acepta. Los tebeos, el rock, los programas de violencia en la tv, los videos juegos violentos y, por último, internet, se han visto elevados a la categoría de incentivos de la violencia juvenil, la sexualidad temprana, la desobediencia a los padres, etc.

Resulta casi una tradición que la sociedad reaccione ante estos estímulos implantando la censura, los tebeos, la televisión y el cine han sido objetos de la censura directa e indirecta. En Hollywood existió una ley en la que se determinaba cuanto debía durar un beso para no ser censurable y en otros países se censuraban las escenas de sexo, cuando no se prohibía directamente un filme por temas ideológicos, religiosos, sexuales.

El proceso de demonización es sencillo, se basa en afirmar y afirmar hasta el cansancio que tal cosa incentiva y facilita las actitudes violentas, la depravación sexual, y todo aquello que la gente acepta, normalmente, como negativo, para generar un sentimiento de resquemor social..

Existiendo este resquemor social suelen surgir grupos de presión, como los que originaron la implantación de la Ley Seca en los EE.UU., que exigen a los gobernantes tomar cartas en el asunto, es decir, que controlen o prohíban lo que origina su resquemor.

No importa que sea ridículo que se piense que la razón de que un chico descargue varias de sus armas entre sus compañeros de escuela descanse en internet y no en hechos ajenos a internet, como el Síndrome de Amok, ni que se piense que esa acción haya sido provocada por los videojuegos y no por razones ajenas a los videojuegos. Extrañamente, cada vez que se analizan estos hechos lo demonizado aparece como causa del hecho y no como herramienta al alcance de la persona que había decidido cometerlo.

Es exacto decir que los pederastas aprovechan internet para compartir libremente sus archivos pero si internet no existiera utilizarían medios más normales, como el correo, siendo más indetectables. Increíblemente, Internet permite que por primera vez caigan atrapados pedófilos a granel y en lugar de celebrarla como una nueva herramienta que ayuda a la lucha contra esa parafilia se la demoniza casi como causante de la misma.

Sin embargo Internet permite, por primera vez en la historia, que la gente difunda sus pensamientos de manera libre y a muy bajo costo. Ya no es necesario pertenecer a un medio de difusión como la radio, la televisión o la prensa escrita para que los demás sepan nuestra opinión acerca de determinados asuntos. Por primera vez podemos decir que se goza, ciertamente, de libertad de expresión, que podemos decir y transmitir libremente lo que nos venga en gana sin interferencias del gobierno, de los editores o jefes de prensa, etc.

No solo eso, también podemos conocer y aprender lo que sucede en culturas diferentes a la nuestra y eso nos permite, la más de las veces, analizar lo que sucede en nuestro ámbito.

Y esto es lo que hace a Internet tan peligrosa. Y esto es lo que lleva a algunos gobiernos a tomar la decisión de intentar controlar lo que sucede en Internet y para ello se utilizan distintos pretextos y herramientas. Una de estas herramientas es la demonización, que permitirá implantar el control del estado donde antes no existía.

Resulta extraño, al menos paradójico, que muchos de los que demonizan a Internet pertenezcan a sectores que sufrieron la demonización con anterioridad, personajes del cine, de la música, de la televisión que sufrieron la censura en carne propia hoy procuran que se censure la actividad en la red basándose en distintos hechos, desde el puramente económico hasta el de la prevención de los males que provienen de la red.

Pero la red es una herramienta de comunicación y por lo tanto es neutra. Las conductas desviadas no son causadas por la red, sino por quienes hacen uso de ellas. Su objetivo es comunicar. Se encontraría más razón en prohibir la venta de armas para evitar sucesos como los de Columbine que en intentar prohibir la red con ese fin porque, inexorablemente, quienes llevaron adelante la masacre de Columbine lo hicieron porque disponían de armas, la única herramienta sin la cual no hubiesen podido hacer lo que hicieron.

De la misma forma, Internet es tan responsable de la piratería como puede serlo la Sony, la Phillips o cualquier otra empresa que fabrique herramientas que permitan copiar y reproducir archivos musicales y, sin embargo, empresas como Sony son propietarias de sellos discográficos y fabrican y promueven algunos de sus productos remarcando la posibilidad de compartir archivos musicales que prestan los mismos.

En definitiva, a lo que estamos asistiendo es a un desplazamiento de la responsabilidad gracias al cual la sociedad culpa a una herramienta neutra de los problemas que ella misma crea y este desplazamiento de la autoridad favorece la iniciativa de determinados gobiernos de controlar la red aceptando como cierto que es el origen de todos los males.

martes, 26 de mayo de 2009

González-Sinde: Te subsidio más, y más, pero mucho más.

He leído esta entrada en el blog de Enrique Dans y no puedo evitar que la frustración funcione como el combustible que dispara mis pensamientos hacia la indignación más pura que jamás he tenido. Con esto se agrava aún más la anormal relación que existe entre los realizadores (me niego a llamarlos creadores, creativos o artistas) cinematográficos y la gente en general.

Por un lado es parte del dinero de la gente, recaudado por Hacienda, el que se convertirá en subvenciones y será entregado a los realizadores para que pergeñen sus obras. Por el otro lado, considerando que la carga impositiva es no proporcional, esto es que a mayores ingresos menor presión fiscal, es la gente de clase media y media baja quien más subvencionará estas obras y también es de la clase media y de la clase media baja de donde más provienen esos "internautas piratas" que tanto preocupan a los realizadores cinematográficos.

Linda paradoja: Tú me das dinero para que yo pueda realizar lo que después deberás comprarme o te denuncio por pirata.

A mí, que me cuelguen. Cuando existía el mecenazgo (y no me digan que la subvención no es una forma de mecenazgo estatal cuando la misma definición existente en el Diccionario de la Real Academia Española permite que ello se infiera), el dueño de la obra era el mecenas, no el autor, y el mecenas, para su mayor gloria, mandaba a exponer o hacer copias de esta obra, copias que luego distribuía de manera gratuita para hacer publicidad, seguramente, de su poder e inteligencia (habría también quien amara al arte por el arte, pero seguramente serían los menos).

Las obras realizadas por Miguel Angel bajo el mecenazgo de los Médicis pasaron a ser propiedad de estos una vez concluídas, eran propiedad de estos desde antes de ser iniciadas y después pasaron a formar parte de su patrimonio, eran los Médicis, y no Miguel Angel, los que decidían que había que hacerse con estas obras.

Pero las cosas fueron cambiando, la figura del mecenas se fue diluyendo y en la actualidad en lugar de hablar de mecenazgo estatal hablamos de "subvenciones a las artes", o a la "cultura" y a mí me llevan los diablos, porque estas subvenciones, a menos que sean reintegradas al Estado, definen perfectamente a la palabra mecenazgo cuya segunda acepción declara: Protección dispensada por una persona a un escritor o artista. Pero el Estado no es una persona dirán los que hilan fino pero, ajá diré yo, el Estado Es una persona, al menos ante la ley, ya que para la ley el Estado es una persona jurídica y como persona jurídica tiene derechos y obligaciones.

Y quienes están encargados de la conducción política general del Estado, esto es, el Gobierno, han de cuidar de que los intereses del Estado no se vean defraudados, ni que sus fondos sean dilapidados en beneficio de minorías poderosas y/o influyentes. Supongo que podría adivinar lo que están pensando y es asustante ¿no?.

Resumamos un poco. Nos enfrentamos a una crisis económica y el Estado sale a socorrer a... los Bancos, las automotrices... ¿Y la mayoría de la gente que mira el cielo para ver si llueve dinero en lugar de agua o café? Pues, una palmadita en el hombro, el seguro de desempleo por dos años (y recordemos que los trabajadores han de aportar parte de su salario para gozar de este "derecho") y a dormir hasta que escampe.

No sé ustedes, pero detecto cierto desequilibrio...

Los Bancos, por su lado, toman ese dinero y en lugar de volcarlos como créditos para fomentar el consumo lo usan para cubrir esos agujeros que nadie sabe porqué aparecieron pero que, por supuesto, no por culpa de sus gestores, que trabajaron siempre con dedicación y cuidando del dinero que los depositantes habían puesto bajo su custodia. Los realizadores cinematográficos hacen sus películas y luego las exponen para que quien pagó para que se hicieran pague también para poder verlas.

No sé si notan algo extraño, pero a mi me escuece hasta la ilógica.

Y no es cuestión de ideología porque ¿Qué creen que hubiesen hecho los opositores al actual Gobierno? La respuesta es: Lo mismo.

Lo más loco es que por un lado nos dicen que "lo privado es mejor", más eficiente, generador de riquezas, de trabajo, eficaz y productivo. Por otro lado hay que salir a socorrerlos cuando se declara una crisis que desatan ellos porque, si recordamos el origen de esta crisis financiera llegaremos a que su causa ha sido la participación en la especulación inmobiliaria por parte de los Bancos. Si los Bancos no hubiesen inyectado dinero a troche y moche con mínimos requisitos el precio de la vivienda no se hubiese disparado ya que, razonemos un poco ¿No es el comprador el que desea que el precio del inmueble sea bajo? ¿No es el vendedor el que desea que sea alto? ¿Los Bancos no tasan la vivienda para comprobar que su precio se ajusta a mercado? ¿No dan el dinero basándose en esa tasación que, ahora vemos, hubiera sido hecha mejor por niños de primero?

Pero claro, si los Bancos caen la gente pierde sus ahorros (aunque no logro imaginar cuanto puede ahorrar un ciudadano con una hipoteca en la que seguramente ha incluido el crédito de su auto y un credito personal para irse de vacaciones, o amueblar la casa, o reformarla), y si la gente pierde sus ahorros la economía se va al garete.

Y al garete es como estamos pero eso sí, los Bancos están contentos, los realizadores cinematográficos están contentos, las automotrices están contentas, a los tres el Estado le ha dado esperanzas en el futuro pero... ¿Y nosotros?

El ciudadano de a pie es quien está condenado a sostener estas esperanzas pagando sus impuestos, trabajando (los que aún pueden), rezando para que su empresa no cierre, rezando para que sus ventas no bajen demasiado, jugando a la lotería a ver si puede salvarse o puteando por lo bajo y haciendo lo mismo sin rezar porque es esceptico.

domingo, 24 de mayo de 2009

El negocio del ¿artista?


José María Guelbenzu ha escrito en El País de hoy una nota de opinión titulada “Sobre piratas y ladrones” en la cual expresa su disconformidad por el comportamiento de aquellos a quienes llama “el internauta pirata”.

Leído su articulo queda muy claro que para Guelbenzu un “internauta pirata” es un ladrón y su esfuerzo va dirigido a comprobarlo, de manera razonada y fluida (no por nada es escritor) mediante distintos ejemplos.

Dice Guelbenzu que “El internauta pirata considera indiscutible su derecho a ser pagado por su trabajo, pero, ¡oh paradoja!, considera igualmente indiscutible apoderarse, sin pagar por ello, del trabajo ajeno en nombre de la libertad”. Esto es, lisa y llanamente, una falacia ya que es falso que los internautas que se descargan contenidos protegidos estén en contra de que su autor no sea pagado por su trabajo. El fallo en el raciocinio de Guelbenzu radica en que el internauta considera que ese trabajo ya ha sido pagado en su momento y que no es lícito que una persona disfrute de una situación de privilegio frente a sus otros conciudadanos, que cobran por su trabajo solo y cuando realizan ese trabajo y una sola vez, una sola vez, no cada vez que alguien usa o copia su trabajo o consigue ganar dinero gracias al fruto de su trabajo.

Para Guelbenzu es normal que una persona cobre regalías por un trabajo realizado hace diez años durante toda su vida cada vez que alguien haga uso de el mismo, sin embargo, y pese a que la costumbre nos haya hecho admitir esto, si lo analizamos veremos, al menos yo lo veo, que no existe mucha diferencia entre ese supuesto “derecho” y los “derechos” que poseían los nobles franceses, entre ellos el de estar exentos de cargas impositivas (ver “Revolución Francesa” ). Es más, podríamos afirmar sin miedo a equivocarnos que si la nobleza de Francia gozaba de privilegios los artistas también han sido privilegiados por la ley que protege los derechos de autor, que debería llamarse “privilegios de autor”.

Dice también Guelbenzu que “Balzac, el artista, amparándose en la reproducción técnica, empezó a cobrar por pieza vendida. Cuando los intermediarios entraron en escena se montó una cadena de negocio al final de la cual estaban los autores”. Se montó un negocio cuya finalidad no era promover o difundir el arte o la cultura, sino la ganancia (es imposible entender la idea de negocio sin incluir en el la finalidad de obtener beneficios), es decir que antes de Balzac a nadie le importaba que los derechos de autor no existiesen y pese a ello se registraron innumerables avances en todas las artes y ramas del pensamiento humano.

Pero no fue Balzac el primero, como dice Guelbenzu, porque ya en 1710 se había otorgado la primera protección formal al derecho de autor a través del Estatuto de la Reina Ana de Inglaterra, que crea el derecho exclusivo a imprimir, mientras que en España la primera ley data de 1762 y en Francia hubo que esperar al final de la revolución francesa para que en 1791 se suprimieran los privilegios de los impresores y surgiera el derecho de autor en favor de los creadores (Einstein Alejandro Morales Galito “El Derecho de Autor”), mientras que Honoré de Balzac nace en 1799 en tours falleciendo en París en el año de 1850, es decir, bastante después.

Como bien dice E. A. Morales Galito en su monografía antes citada: en el año 25 a.c., Marco Vitruvio lo recogía en su Libro Séptimo, De architectura, diciendo: Ahora bien, así como hay que tributar merecidas alabanzas a éstos, incurren en nuestra severa condenación aquellos que, robando los escritos a los demás, los hacen pasar como propios. Y de la misma manera, los que no sólo utilizan los verdaderos pensamientos de los escritores, sino que se vanaglorian de violarlos, merecen reprensión, incluso un severo castigo como personas que han vivido de una manera impía".

Y esto es cierto, el verdadero y único derecho que ostentan los autores es el de que su nombre esté indisolublemente unido a la obra que ha sido de su autoría, obra que deja de pertenecerle una vez difundida ya que pasa a ser de acervo popular, pasa a ser cultura, y la cultura es propiedad todos los que la comparten o adoptan.

Lo que es cultura ha de ser compartido libremente. Esto no implica que los autores no merezcan “ganar dinero” por lo que han hecho, pero si consideramos que ganan dinero al contratar con la editorial y ganan dinero de cada libro que venden con esa editorial, posibilidad esta que pocos trabajadores tienen (generalmente los que trabajan a comisión de ventas) resulta poco menos que increíble tener que garantizarles que cobrarán una X suma de dinero cada vez que su obra sea reproducida, interpretada, recitada, cantada, etc., por alguien durante toda su vida y gran parte de la vida de sus herederos.

¿Tiene un policía o un bombero derechos similares? ¿Un trabajador metalúrgico? ¿Un enfermero? No son creadores, será la respuesta, y esta respuesta lleva a pensar que el hecho de ser un creador hace natural el hecho de que posean privilegios. Como antes el ser noble, por decir algo.

Ser un creador es posible porque hay muchos que no crean pero que trabajan, día a día, y mantienen la sociedad en funcionamiento. Sin estas personas no solo el crear, sino el vivir, sería materia en discusión ¿Se imaginan un mundo sin panaderos, bomberos, policía, maestros, médicos, obreros, basureros, etc.? Podemos imaginarlo, basta con retroceder unos cuantos miles de años, pero no es bonito. ¿Se imaginan un mundo sin artistas? Sería aburrido, tal vez no sería bonito, pero podríamos vivir y no, simplemente, sobrevivir.

Y habría artistas, porque seguirían existiendo personas que escribirían poemas solo por el placer de escribirlos, que nos contarían chistes durante el trabajo para reírnos un poco, que cantarían canciones solo por cantarlas, sin esperar nada más a cambio que el hecho de que disfrutemos con ellos.

Y eso es, verdaderamente, ser un artista. Que hoy tenga la posibilidad de vivir de sus creaciones es hermoso, verdaderamente bello, pero su deseo de poner alambrados al disfrute de la cultura solo para maximizar sus ingresos es, por lo menos para mí, una actitud que los aleja del arte por el arte mismo. Una actitud que los acerca al mercantilismo.

No, Sr. Guelbenzu, los internautas no consideramos que ustedes no deban recibir un pago por sus creaciones, pero hemos conocido la libertad virtual en la red y eso nos ha dado la visión de lo que sería un mundo verdaderamente libre y, pese a quien le pese, eso ha iniciado un cambio de mentalidad que considero es imparable, quizás puedan frenarlo, pero no ya pararlo.

Los internautas creemos que ustedes han recibido un pago más que justo por lo que han hecho, pero también creemos que, como todos, ustedes han de cobrar una sola vez por cada trabajo realizado y no han de seguir cobrando de por vida, se le dé el uso que se le dé a lo por ustedes creado y eso es lo que pocos comprenden, que vivimos en una sociedad donde existen derechos, es cierto, pero donde ya no hay lugar para los privilegios.


Imagen extraída de iPodizados.com

martes, 19 de mayo de 2009

Reflexiones de uno entre mil a las 9 de la tarde


Y finalmente, pude leer estas palabras: DESOLACIÓN (Edgard Allan Poe "Silencio")


A veces suelo preguntarme si no estamos llamando Civilización a una especie de Atavismo Sublimado y si no llamamos Democracia a una especie de Aristocracia Camuflada.

Yo, tan humilde y tan soberbio como tantos en la raza humana, creía que durante el siglo XX entraríamos en la Edad de Oro de la Ciencia, de la Democracia. Creía que los millones muertos en hogueras inquisitoriales culpa de la superstición nos salvarían de los futuros Profetas de la Ira, que los millones de personas muertas por ser diferentes nos salvarían de los Filósofos del Odio, que los millones muertos en procura de que se reconocieran sus derechos nos protegerían de los Fundamentalistas Maniqueos, pero descubro que no es así.

La Teoría de la Evolución es atacada por quienes en lugar de aprender de sus errores se aferran al Dogma, la Fe, se aferran a la creencia sin necesidad de pruebas, para defender sus posturas ¿Cómo razonar con lo irrazonable? ¿Cómo hacerles entender que su religión no es la religión de todos, que hay otras religiones y creencias extremadamente diferentes, que hay gente que no cree en dioses y que niegan su existencia y que hay gente a la que no le importa que exista o no, porque ambos extremos son incomprobables?

No entiendo, tampoco, el porqué en materia sexual debemos, también, pensar de un mismo modo ¿Es malo que alguien ame a alguien? Mientras exista el amor ¿Importa el género, la posición o la forma en la que expresamos ese sentimiento? ¿Es un homosexual una persona sin derechos? ¿Cómo es posible que hoy se siga condenando al otro por la forma en la cual ama, en la cual siente?

Ignorante y tonto, así me siento. No puedo evitarlo cuando observo que seguimos hablando de naciones, de imigrantes con o sin derechos, con frases como “la culpa es de de ellos que nos roban lo que es nuestro”.

El mundo es simplemente una pelota de tierra y agua girando en derredor de una estrella insignificante en un Universo inmenso y solitario ¿No podemos comprender que somos todos tripulantes de esta única y sola nave? ¿No podemos comprender que debemos comprendernos, aceptarnos, abrazarnos, si deseamos perpetuarnos hasta que el sol nos destruya o se extinga?

¿Tan importante es ser cristiano o musulmán o budista o agnóstico como para que eso implique la justificación de apresar, callar, separar, condenar a otro? ¿A millones de otros?

¿Tan poco hemos crecido intelectualmente, espiritualmente, como para aceptar que lo importante es ser el mandamás de la manada y que serlo justifica absolutamente todo lo que hacemos?

¿Tan ciegos somos como para aceptar que, poco a poco, aquellos que hemos elegido para protegernos nos roben, uno a uno, todos nuestros derechos en nombre del dios dinero?

¿Tan estúpidos somos que seguimos aceptando que hay gente (artistas o creadores se llaman ellos) que merece gozar del privilegio de recibir dinero a perpetuidad aunque sea por uno o dos trabajos de que han hecho?

¿Tan tontos somos que votamos a una persona solo porque parece un caudillo y es, o quiere ser, gracioso?

¿No deberíamos empezar a comprender que el mundo es uno y solo, una burbuja de vida en universo extremadamente infinito? ¿No podemos aceptar que así como hay quien tenga que apoyarse en un dios para poder caminar, hay quien no necesita de muletas y camina solo? ¿No hay forma de que aceptemos el hecho de que hay más de una forma de amar y que el género no es un determinante a la hora de elegir a quien amamos?

Tenemos el poder de aniquilar, pero no el de comprendernos, tenemos el poder de separar, pero no el de unirnos. Veo a la humanidad como un ser ciego, cojo, manco y estúpido, que no puede ver que le falta una pierna, que no puede ver que le falta una mano, y que por eso se cree completo.

martes, 12 de mayo de 2009

Subvención, cine y cultura



La palabra subvención implica la acción de subvenir y, a su vez, subvenir significa “venir en auxilio de alguien o acudir a las necesidades de algo”, de allí que subvencionar se asocie con la palabra ayuda ya que quien subvenciona ayuda, socorre, auxilia.

El gobierno del Estado español, por ejemplo, subvenciona al cine español, lo subvenciona sustentándose en la idea de que “ayudando al cine español ayuda a la cultura española”, lo cual es cierto ya que el cine español es parte de la cultura española y, de la misma forma, es parte de la cultura española el “imigrante top manta” y el veterinario que atiende mis gatos ya que, contra lo que se cree normamente, la cultura no es un hecho artístico sino un hecho intelectual tal y como lo destaca el DRAE en la tercera acepción:

Cultura: Conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social, etc.

Por otra parte, hay quien dice que el cine es Arte (así, con mayúsculas) más, difícilmente, podríamos calificar una película porno de arte y, sin embargo, las películas porno son parte de la cultura del país de la misma forma que es cultura una película de Almodóvar o de Pajares.

Podríamos, entonces, discernir que si bien algunas obras cinematográficas entran dentro de la categoría de Arte muchas otras ni siquiera llegan a la categoría de entretenimiento ¿O sí? ¿Qué significa Arte (con mayúsculas) para la Real Academia Española? Pues en el DRAE encontramos esto:

Arte: 2. amb. Manifestación de la actividad humana mediante la cual se expresa una visión personal y desinteresada que interpreta lo real o imaginado con recursos plásticos, lingüísticos o sonoros.

Pues sí, la definición es tan ambigua que las peliculas porno podrían incluirse dentro de esta definición pero... no, las pelis porno no son desinteresadas, apartadas del interés dejo a los lectores la responsabilidad de ver que significa interés en el DRAE)

Pero en mi razonamiento hay una falla pues ¿No dice acaso la SGAE que defiende los intereses de los artistas? Pues bien, algún día le prestaré más atención a esa paradoja pero por ahora iré a lo que iba.

Por una parte, el gobierno del Estado español subvenciona el cine español y dado que el gobierno español actúa en representación de todos los españoles dicha subvención se realiza, también, en nombre de todos los españoles, incluso la de los españoles que hacen “descargas ilegales” por p2p, o los que realizan copias no autorizadas de una película.

La mayoría de los “artistas” califica a estas personas de “delincuentes”, es decir que los “artistas” califican a muchos de los representados por el gobierno que les subvenciona como “piratas” y uno, por el contrario, hubiese esperado un poco más de agradecimiento por parte de estos (los “artistas”) dado el desinterés que debiera acompañar el desarrollo de su actividad.

Habremos de deducir que eso de la falta de interés es o bien agua pasada o bien todo lo creado con fines comerciales no es Arte, sino otra cosa y ¿Qué otra cosa puede ser? ¿Tal vez entretenimiento?

Y sí, efectivamente, así es. La mayoría del cine que vemos hoy día no es Arte, sino entretenimiento, ya que una película para ser Arte no ha de tener en cuenta lo económico, el Arte se hace tenga, o no, posibilidades de éxito económico.

Dicho de otra forma, podríamos decir que la película Perro Andaluz de Luis Buñuel es Arte ya que bien podemos imaginar que a Luis Buñuel y a Salvador Dalí no les preocupó demasiado la posibilidad de que su película fuese un fracaso de taquilla, pero no podemos considerar Arte a Ekipo Ja ni a las películas de Harry Potter, impulsadas desde el inicio por el interés económico ¿Y las películas de Almodóvar y demás? Teniendo en cuenta que hablamos de personas que defienden que la SGAE proteja “sus intereses” y que apoya que se tomen medidas más duras con este fin no me atrevería a llamar a sus creaciones hechos artísticos, aunque sí son hechos culturales, al igual que el cine porno.

Y allí vamos, muchos creadores artísticos del ámbito cinematográfico son hoy desconocidos dado que sus ideas, carentes de interés economico para las productoras, no consiguen financiación alguna ¿No debería el gobierno del Estado subvencionar a este tipo de creador movido verdaderamente por un espíritu artístico? ¿Por qué el Estado subvenciona películas con un claro perfil comercial sin pedir, a cambio, más que se le mencione en los créditos?

Sinceramente, esto es lo que me lleva a pensar que la propuesta de Carlos Sánchez Almeida debería ser tenida seriamente en cuenta, si un miembro de la industra cinematográfica desea una subvención del Estado debería aceptar que el pueblo español gozara de determinadas prebendas como, por ejemplo, el derecho a copia (que en este país es legal) y del derecho a difundir la película vía p2p pues, en definitiva, lo que se busca con la subvención es precisamente eso, apoyar a la industria cinematográfica y apoyar la difusión de parte de la cultura española.

Y entonces sí subvencionar tendría algún sentido.

martes, 5 de mayo de 2009

Y luego criticaban a China


Durante las olimpíadas y durante los juegos olímpicos muchos países criticaron (y aún critican) la censura que el gobierno chino ejerce en todos los medios, incluso internet. Sin embargo cabe hacer una pregunta interesante ¿Que diría usted si se entera que en Europa están intentando hacer lo mismo? Esto es, abrir la puerta que permitirá, en el presente o en el futuro, ejercer una censura tanto directa como indirecta en los contenidos que se exponen en la red.


Enrique Dans nos cuenta en este artículo expuesto en su blog lo que se intenta hacer en el Parlamento Europeo entre hoy y mañana.


Es de lectura obligada y urgente.

lunes, 4 de mayo de 2009

Filosofía barata y zapateros de broma


Hoy he recordado que en poco tiempo comenzará el apagón analógico que nos obligará a adquirir un decodificador si deseamos seguir viendo la televisión, sumado a esto existirán dos televisiones, una gratuita y otra de pago y el partido Barcelona – Real Madrid ya nos ha dado una clara visión de lo que eso significa.

Más allá de cualquier pretexto sostenido para implementar la TDT resulta claro que significará un negocio liso y llano, que permitirá a las ahora alicaídas emisoras redondear sus ganancias y en el cual, seguramente, se incluirán las cadenas oficiales de televisión ya que han de financiarse de alguna forma ahora que disminuyen sus posibilidades de emitir publicidad.

Sumado a estas razones, no se encuentra una razón clara que impida que siga existiendo la televisión analógica como hasta ahora, una razón clara y precisa que justifique que la mayoría de los propietarios de televisores analógicos tengan que comprar un decodificador sí o sí si desean seguir usándolos. Indudablemente estamos hablando de un negocio, de un gran negocio, impulsado por quienes gobiernan el Estado. Al fin y al cabo la población de este Estado se dividirá en los que tienen el potencial económico como para disfrutar de la TDT de pago, los que puedan comprarse un decodificador pero no acceder a la TDT de pago, y los que no puedan hacer ni una ni otra cosa.

Dicho de otra forma, los que puedan disfrutar de una programación de aceptable calidad, los que solo puedan acceder a una mala programación, los que no tengan acceso a nada.

De igual forma y en los mismos tres grupos se dividirá la población si se privatizaran los servicios sanitarios y a los que esto les parezca imposible les debemos recordar que algunas comunidades están dando pasos en este sentido. Habrá una salud de calidad para los más pudientes, una salud de mala calidad para los menos pudientes, y un grupo de ciudadanos que no tendrán acceso a ningún tipo de salud, como ya ocurre en los EE.UU.

Pasemos ahora a la posibilidad de que se privatice la educación y tendremos el mismo escenario.

La pregunta es, entonces ¿En beneficio de quien se toman las decisiones de gobierno? Por lo anteriormente dicho queda medianamente claro que no en beneficio de todos, sino que claramente se está gobernando para un determinado sector, aquel sector que pueda asegurarse el disfrute de la parte buena de los servicios que se van implementando.

Vamos hacia un Estado que, claramente, dispondrá de clases privilegiadas, clases no privilegiadas y clases directamente excluidas y, lo más grave, este tipo de Estado se está impulsando desde un gobierno socialdemócrata, el tipo de gobierno que, según los principios de la Socialdemocracia, debería luchar para sofrenar, antes que aumentar, la distancia entre las distintas clases sociales.

Es decir que, otra vez, estamos ante un gobierno que legisla en contra de las personas que confiaron en él y le entregaron sus votos. Y no pensemos que sus opositores serán mejores, porque ellos ni siquiera tendrían que guardar las formas.

sábado, 2 de mayo de 2009

¿Inflación? ¿Deflación? ¿De qué va esto?


Recuerdo que existía una teoría acerca de la oferta y la demanda que explicaba, al menos intentaba explicar, como se formaban los precios de un producto o servicio. Este modelo económico, mal llamado ley, formaba parte de la “mano invisible del mercado” que, supuestamente, corregía de manera natural y sin interferencia humana los problemas económicos.

Es decir que, basándonos en esta ley, si la demanda sube los precios suben, si la oferta supera la demanda los precios bajan. Dicho de otra forma, si la demanda de bienes sube y la oferta de bienes se mantiene tendríamos inflación, una subida de precios, si la demanda de bienes baja y la oferta de bienes se mantiene estable tendríamos deflación, una bajada de precios.

Estamos acostumbrados, por otra parte, a escuchar que las causas de la inflación provienen de la pérdida de confianza en una moneda particular, esta pérdida de confianza provocaría que el valor de la moneda cayese en relación a otras monedas y el precio de los productos se incrementase. Por otra parte, si la confianza en una moneda en particular crece, sería esperable que los precios de productos (y englobaré bajo el término producto a bienes y servicios) bajase.

Pero en un entorno en el cual el valor de una moneda frente a otras se mantiene estable o creciente, tal como fue la relación del Euro con otras monedas, especialmente el dólar, en años pasados, el incremento de precios estaría basado en el incremento de la demanda, la oferta de productos se mantendría estable, la demanda crecería, y la inflación obedecería a estas causas y sería esperable que si la demanda de bienes y productos decrece, manteniéndose la oferta, los precios bajen, es decir existiera deflación.

Según los entendidos, algunos entendidos, la inflación se controlaría congelando los ingresos de los trabajadores, de esta forma la demanda no subiría y los precios se estabilizarían, esto nos lleva a deducir, por lo menos a los legos, que un incremento en los salarios de los trabajadores aumentaría la demanda, esto es, evitaría caer en una espiral deflacionaria.

Sin embargo nadie recomienda esta medida y de hecho, seguramente, ni se tiene en cuenta.

En lugar de eso nos advierten de los peligros de la Deflación (esta vez con mayúsculas) sin darnos datos para que analicemos las causas de esta deflación.

Me arriesgo a decir que el escenario actual de Deflación es provocado por el aumento de desempleo, menos dinero en la calle, el no incremento de los salarios de los trabajadores y el haberse endeudado hasta el límite en los pasados años para vivir una vida a la que no se tenía acceso de otra manera.

La Deflación, contra lo que se cree, no causa pérdidas inmediatas en todas las empresas, causa más bien una disminución de sus ganancias de la misma forma en que la inflación causa un incremento de beneficios. Los servicios y bienes indispensables (alimentación, electricidad, teléfono y salud) mantendrían un nivel de ventas más o menos estable, habría un desplazamiento en el consumo de lo caro a lo barato, tomándose como base para definir caro y barato el salario de un trabajador. Existiría un incremento en el consumo de marcas blancas y de segunda línea y una disminución en el consumo de primeras marcas. Esto es empírico y no teórico.

Los bienes y productos que no son de primera necesidad registrarían una disminución de consumo directamente proporcional a su precio, cuando más alto el precio, mayor la disminución en sus ventas.

Esto explicaría la disminución en las ventas de las automotrices, de los viajes al exterior (turismo), y de todo aquello que no es indispensable. Uno puede aguantar unos años más con su viejo automóvil de un año de antigüedad, sobre todo en ausencia de créditos.

Esto obligaría a las automotrices y demás a decretar, internamente, una época de austeridad, con despido de empleados para minimizar las pérdidas y un achicamiento en la gama de vehículos, es necesario invertir para producir nuevos modelos pero en los tiempos actuales no hay mercado para ellos por lo cual es dable suponer que este tipo de inversiones se reducirán (o deberían reducirse).

Todo esto nos lleva a pensar que el gran problema está asociado al desempleo y a la baja del poder adquisitivo de los salarios, y que la mejor respuesta que podemos dar ha de estar destinada a reducir el desempleo y a evitar que las empresas reduzcan el salario de los trabajadores. En su momento, Henry Ford se negó a disminuir el salario de sus trabajadores durante la crisis de 1929 alegando que alguien tenía que comprar sus autos. Igualmente, Roosevelt puso en marcha su New Deal.

Debemos tener en cuenta, dentro de esta situación, que no solo disminuyen los precios de los productos finales, sino también de los precios de las partes que forman ese producto, dicho de otra forma, una empresa automotriz pagará menos a sus proveedores porque estos también habrán reducido sus precios.

Sin embargo, y pese a que el valor del petróleo ha disminuido de su récord histórico a unos 51 dólares el barril, esa disminución en el precio de la materia prima no se ha visto reflejada, de manera proporcional, en el precio de los combustibles. Esto evita que el precio de determinados productos (electricidad y transporte, por ejemplo) guarde una proporción acorde a la disminución de los demás precios, máxime si tenemos en cuenta que una proveedora de electricidad no incrementa en gran medida su plantilla laboral según el consumo aumente o disminuya, aunque sí incrementa sus inversiones (a más consumo, más infraestructura).

Inexorablemente, los hechos pasados nos llevan a deducir que la crisis actual solo puede ser controlada, pese lo que les pese a los gurúes económicos, con un aumento del gasto público, una disminución del desempleo y con la inyección de dinero líquido en las capas de menores ingresos de la sociedad, esto incrementaría el consumo, evitaría los impagos de hipotecas, ayudaría a la creación de bienestar social. También han de aumentarse los controles y regulaciones para evitar escenarios de especulación futuros, tal como se han registrado en cada uno de las crisis anteriores, generadas por la especulación y la falta de controles.

Por el contrario, el dinero sigue inyectándose en las capas de mayores ingresos, provocadoras de la crisis, y no se han tomado medidas serias que eviten un nuevo escenario de “burbuja especulativa”.

Como medidas anexas, todos los países de la UE y demás países inmersos en la actual crisis deberían tomar una senda que garantizara la igualdad fiscal de los ciudadanos en todos los territorios del mundo, es decir que un obrero de Marruecos debería recibir como salario lo mismo que un obrero de España o del Reino Unido, y que el porcentaje del salario que un obrero de Tailandia destina al pago de impuestos debería ser el mismo que destina un obrero de España o del Reino Unido, y que si un obrero español o británico destina el 30% de sus ingresos para pagar impuestos un empresario británico o español también debería pagar en la misma proporción.

Esto conllevaría a la eliminación de los impuestos al consumo, los impuestos al consumo desvirtúan la igualdad que deberían tener los ciudadanos de un país frente al fisco de ese país. Gracias al IVA, por ejemplo, un obrero español dedica un mayor porcentaje de su salario al pago de impuestos que una persona de la clase alta española. La realidad, hoy, indica que a mayores ingresos menor impacto proporcional de los impuestos en esos ingresos (quien más gana, menos paga proporcionalmente).

Eso es posible gracias a que existen países donde es posible producir contratando mano de obra esclava y es posible gracias a la existencia de paraísos fiscales. Lo lógico sería que las cargas impositivas fuesen de igual impacto en todos los países y que las condiciones de los trabajadores fuesen las mismas, y que los países desarrollados no comerciaran ni adquiriesen productos de los países que permiten la existencia de mano de obra esclava.

¿Qué significa esto? Significa generar un movimiento que procure la implantación en todas las naciones de los Derechos Universales de los Trabajadores, significa imponer la igualdad ante la ley y ante el fisco de ricos y pobres, significa que todos los países del mundo se encuentran en igualdad de condiciones de manera tal que una empresa no pueda irse a otro país para aprovechar la explotación del trabajador en ese país para seguir incrementando sus ingresos.

No existe “la mano invisible del mercado”, las pruebas demuestran que toda inversión de dinero en las capas de mayores ingresos aumenta la distancia entre ricos y pobres, la experiencia demuestra que si una empresa tiene la oportunidad de extorsionar a un gobierno, lo extorsiona.

El gobierno de un Estado ha de cumplir su función y esta es la de gobernar para todos, y esto implica no favorecer la desproporción participativa en el sostenimiento de los costos de funcionamiento del Estado. Significa favorecer la creación de riqueza a través de la inversión productiva y no a través de la inversión especulativa, que no genera genuina riqueza sino que solo aumenta la brecha entre pobres y ricos.