miércoles, 29 de abril de 2009

Acerca de la cultura


Voy a una ferretería y compro una caja de herramientas, herramientas ideadas por alguien que no soy yo y fabricadas por alguien que no soy yo. La caja cuesta alrededor de 20€, las uso para trabajar y, si me las piden, se las presto a mis amigos.

Compro un ordenador portátil en una tienda de informática y lo uso en mi trabajo, para divertirme o para prestárselo a amigos que lo necesitan por algún problema o urgencia. No inventé ese ordenador, no lo desarrollé, ninguno de esos componentes fue creado por mí, solo lo he adquirido.

Compro lámparas eléctricas no inventadas por mí, ni fabricadas por mí. Puedo iluminar mi negocio, puedo prestarlas, puedo hacer lo que quiera con ellas. Puedo comprar un mueble de madera y permitir a mis amigos que lo copien, puedo usarlo para trabajar, o para exponer cosas en la vidriera de un local de comercio, o como parte del inmobiliario de un restaurante o bar.

Nadie me dirá que he delinquido, que he hecho mal, o que debo pagar derechos al fabricante de herramientas o inventor de las herramientas, de los ordenadores, de las lámparas o mesas. En todo caso, el derecho de patente ya lo ha pagado el fabricante y luego nadie nos molesta.

Me pregunto que pasaría si diésemos vuelta la tortilla. Si exigiéramos un derecho por difundir lo que otros han hecho, por ponerlo de moda, por permitir que alguien viva de lo que desea hacer y más le llena. Nadie es famoso si nadie lo escucha, lo lee, lo difunde y lo recomienda.

Nadie.

Internet nos permite difundir, hoy día, lo que hacemos. Me permite escribir esto y difundirlo sin por ello tener que ir a negociar con nadie, sin tener que competir con nadie, sin tener que hacer nada más que levantarme de la cama, encender el ordenador y escribirlo. Me permite difundir mis poemas en el blog Persistencia del Tiempo sin por ello tener que adaptar mis poemas para que se vendan, sin la necesidad de ser weird para que se vendan, sin necesidad de tener que decir lo que no deseo decir para estar en onda, solo los escribo, los expongo, los leerán trescientas personas, o cuatrocientas, pero leen lo que deseo decir, cuando deseo decirlo y como quiero decirlo.

Ni con este blog ni con mis poemas gano un céntimo. Mi vida es incierta, gano dinero haciendo cosas que no me gustan para poder hacer algo de lo que me gusta, Internet lo ha puesto al alcance de mi economía y aprovecho esa posibilidad y me divierto, y pongo mi granito de arena en esa cosa enorme que es la cultura.

Nadie es dueño de la cultura, para que algo sea cultura ha de ser propiedad de un pueblo. Una canción que jamás se escuchó no es parte de la cultura, un poema que nadie leyó, un cuadro que nadie vio, una silla que nadie usó, una receta de cocina que nadie conoció no es parte de una cultura, es hija de esa cultura, sí, pero una hija desconocida, ausente, huérfana.

No se necesita dinero para hacer cultura, todos en todos los países participan en la creación y el desarrollo cultural de manera permanente y desde que se levantan hasta que se acuestan, y nadie cobra por ello durante toda su vida.

La cultura no es cosa solo de los artistas.

La cultura es cosa nuestra.

Imagen: Letter James

sábado, 25 de abril de 2009

opiniones de un metomentodo


Uno de los más comunes métodos para ganar una discusión de pareja es decir “lo hice por ti”, frase que tiene la propiedad de permutar la responsabilidad desde el que realiza la cosa de manera efectiva hacia quien sufre o goza los resultados de esa acción. Por ti escalé esa montaña, por ejemplo, o por ti te metí los cuernos. Decir por ti es decir tanto por tu causa como por tu culpa e involucra des-responsabilizarnos de nuestros actos.

Es en la política donde este método llega a sublimarse por completo. Los políticos suelen usarlo para justificar determinadas medidas que si fueran explicadas cabalmente entrarían dentro de la clase de impopulares.

Ellos dicen “Para favorecer la desaparición del desempleo creemos oportuno disminuir las cargas fiscales que soportan las empresas” cuando en realidad lo que deberían decir es “para que las empresas no se larguen del país rumbo a paraísos fiscaes y/o países donde la legislación laboral es casi inexistente y se puede explotar la mano de obra hasta el extremo hemos tenido que ceder al chantaje y bajarles los impuestos”.

Ellos dicen “tenemos que defender los derechos de autor para así fomentar el crecimiento cultural en beneficio de nuestro pueblo” cuando en realidad deberían decir “defendemos los derechos de autor para que, de esta forma, los artistas nacionales nos apoyen durante las campañas electorales ya que la existencia o no de derechos de autor o de patentes o de derechos de copia no detiene el crecimiento cultural ni el crecimiento intelectual de ningún pueblo”.

Ellos dicen “debemos evitar la pérdida de confianza en el sistema financiero para que, de esta forma, el sistema financiero pueda seguir otorgando créditos a la pequeña y media empresa lo que, ciertamente, favorecerá la creación de empleos en el futuro y evitará la pérdida de empleos en el presente”, cuando en realidad deberían decir “el irresponsable comportamiento del sistema financiero provocó esta crisis y no nos queda más remedio que apalancarlos con dinero público cueste lo que cueste”.

Todo lo hacen por nosotros pero, sinceramente ¿Alguien se ha visto favorecido por las medidas tomadas más allá de los banqueros, los empresarios o los artistas? No lo creo.

Hay cuatro millones de desempleados, 90.000 millones de euros servirían para garantizar 22.500 euros per cápita de subsidio de desempleo, unos dos años de un subsidio de desempleo a 937,50€ por mes y por desempleado… pero esta medida jamás sería implementada por la sencilla razón de que ese dinero tardaría demasiado en llegar a los estratos superiores (léase los que tienen el dinero) y estos prefieren que el árbol se riegue por la copa y no por la raíz aunque luego la raíz se seque.

No soy economista y creo que se nota, y que se nota muchísimo, sin embargo creo firmemente que en algunas cosas no estoy muy equivocado como, por ejemplo, cuando pienso que ciertas premisas económicas, verdaderos axiomas que no se discuten, ponen el carro delante del caballo. Doy ejemplos:

Las empresas son generadoras de riqueza: En parte es cierto, las empresas generan riqueza para el empresario pero no para el pueblo, cosa que tratan de inculcarnos desde que tengo memoria. Una empresa que gana 1.000 millones de euros no los redistribuye equitativamente entre sus empleados, toma ese dinero, lo reparte entre los accionistas y, normalmente, entra en el circuito especulativo donde el dinero produce más dinero sin necesidad de inversión en bienes de capital alguna ¿Cuántos nuevos puestos de trabajo se crearon en el Banco de Santander en el último año? Responder esta pregunta serviría de ejemplo.

Las empresas son poco dadas a generar empleos cuando obtienen beneficios, a veces lo hacen pero es que no les queda más remedio, pero apenas tienen pérdidas o ante la más mínima amenaza de poder llegar a tenerlas… recurren al despido ya que, aparentemente, las ganancias obtenidas se han esfumado y no pueden soportar uno o dos años de vacas flacas sin irse a la quiebra.

A todo esto, la existencia de un mercado con 4 millones de desempleados garantiza a los empresarios una buena oportunidad de realizar contratos basura, un desempleado estará dispuesto a hacer el mismo trabajo que antes hacía por menos dinero si con eso consigue dejar de estar en paro, y esto entre otros ejemplos.

A río revuelto, ganancia de pescador, dice un refrán viejo y, lamentablemente, mientras nosotros pescamos con anzuelos pequeñísimos las empresas pescan con inmensas redes que, en caso de necesidad, les son facilitadas por los gobernantes de turno.

Imagen extraída del blog "Espacio de ideas" de Pau Solanilla

viernes, 17 de abril de 2009

que va a ser que soy ingenuo


Durante mucho tiempo pensé que una democracia no involucraba solamente el derecho del pueblo a elegir libremente sus representantes para constituir el gobierno de un Estado sino que implicaba algo más como, por ejemplo, que todos los ciudadanos de un Estado democrático gozan de los mismos derechos y obligaciones, que ningún Estado democrático debería permitir o favorecer la existencia de sectores que gocen de privilegios especiales de carácter permanente y, mucho menos, ningún Estado democrático debería permitir la existencia de privilegios hereditarios, que en todo Estado democrático el costo de la operatoria estatal es cubierto de forma que cada ciudadano aporte una parte de este costo de manera directamente proporcional a sus ingresos (Quien más gana más aporta y viceversa), y que un Estado democrático no ha de permitir la discriminación negativa o positiva, no ha de observar impasible la existencia de sectores excluidos ni ha de permitir que sus ciudadanos se encuentren ante una situación de desamparo.

Pues, que mi único acierto es que tenemos derecho al voto.

Existe desigualdad ante la ley, un alcalde condenado por, cohecho, malversación de fondos públicos, prevaricación urbanística relacionada con la concesión de licencias ilegales, etc., cumple 2 años y medio de prisión antes de salir en libertad “bajo fianza” y, por otra parte, tres sindicalistas que roban unos carros de comida por un valor de 297 euros en un supermercado durante una protesta pueden recibir dos años de cárcel si el Juez tiene el descaro de escuchar lo que desea el Fiscal, el solo hecho de haber pedido esa pena señala una desigualdad clara ante la ley y el mensaje sería “prevarica, que cuesta menos”. Por mi parte, siempre había creído que robar era robar y que la pena dependía de la violencia empleada y del monto sustraído pero, va a ser que no.

Existe desigualdad en el derecho a acceder al servicio de asistencia sanitaria gratuita según se tenga, o no, empleo. Un desempleado ve dificultado su acceso a la seguridad social y, pasados los noventa días de haber dejado un trabajo o de haberse extinguido el seguro de desempleo pueden llegar a facturarle los servicios de asistencia sanitaria prestados.

Existe una desproporción en lo que aporta un ciudadano común para el sostenimiento de los costes del Estado y lo que aporta un ciudadano de grandes ingresos o una empresa, la relación es casi inversamente proporcional a los ingresos (cuando más ganas, menos pagas en proporción), gracias al IVA y una serie de impuestos directos justificados de manera tal que pensemos que “se preocupan por nosotros”.

Existen privilegios hereditarios, como el privilegio de un autor de obra artística o de un inventor de recibir , bajo el nombre de derecho de autor o de patente, un canon por el trabajo que hizo una sola vez y que luego cobrarán sus herederos mientras que un trabajador tiene “derecho” a recibir una pensión (jubilación) derecho que consiguió aportando una suma determinada de los ingresos que percibió durante toda su vida laboral (Siempre había pensado que uno no tenía que pagar para gozar de sus derechos, pero se ve que sí).

Pues, que democracia es eso, tener derecho a votar por representantes que jamás de los jamases defenderán nuestros derechos sino el derecho de la gente que les importa y conocen, o desean conocer, o les beneficie tener como conocidos.

Pues que democracia es eso, que el mayor delito que un político pueda cometer, traicionar la confianza que el pueblo ha depositado en sus espaldas para que se desempeñe defendiendo los intereses de todos, pague esa culpa con dos años y medio de prisión y luego salga a caminar bajo el sol como si nada.

Y si vamos más al ajo ¿Por qué se considera cultura un cuadro, una canción, un poema y no, como dice el Real Diccionario Español, el conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social, etc.?

Es una falacia decir que los derechos de autor protegen la cultura porque, de acuerdo a lo anterior, se protege la cultura si se facilita el acceso a ella a todos los ciudadanos, porque todos colaboramos generando porcioncitas de esa cultura general que luego identifica a un pueblo.