jueves, 2 de septiembre de 2010

El regreso a los Tiempos Modernos

Todo lo que se enfrenta al establishment, personas o grupos de personas que ostentan el poder en la sociedad actual, termina siendo absorbido por el establishment. Para demostrar esta aseveración basta con recordar que todo movimiento de protesta termina convirtiéndose en moda, y una vez convertido en moda pasa a ser fuente de ganancia para aquellos a los que el movimiento de protesta trataba de denunciar. Esta habilidad del establishment fue adquirida a base de años y años de evolución interna, cuando descubre que dar palizas a los que protestan o se oponen a él no es una muy buena forma de vencerlos, generar mártires fortifica al movimiento, no lo destruye.

Por lo tanto el establishment ha dejado de hacer esto, exceptuando el caso de los manifestantes en contra de la globalización que siguen siendo aporreados tanto como lo fueron en Seattle, para pasar a copiar los símbolos de los que protestan para su posterior difusión como modas, quitándole, por supuesto, la ideología que esos símbolos suponen representar.

El símbolo de la paz es un buen ejemplo de esto, la simbología punk también, y una vez que esta simbología se difunde entre gente que es hippy porque mola, o es punk porque es diver, el movimiento pierde fuerza y agoniza. El establishment, entonces, comienza a generar difusores de ideología falsa como máquina de hacer chorizos, crea músicos, crea pintores y hasta escritores que deforman la ideología original, quedándose solo en lo exterior sin pasar nunca a lo interior. Es decir, venden y difunden la cáscara porque de ganancia y ningún problema, pero no el interior porque es la fuente de todos los conflictos.

Dado que el actual establishment esta compuesto por la empresa privada y sus dueños y altos cargos, y por los representantes políticos de un Estado, hemos de reconocer que todo aquello que atente contra sus intereses, es decir, les cree problemas y les cueste dinero, ha de ser combatido y absorbido o integrado al propio establishment, ya sea como miembro permanente o como satélite necesario.

Y he llegado a creer que este es el caso de los sindicatos.

En un principio, los líderes sindicales eran aporreados, masacrados, asesinados, y esto ocurre aún en algunos países, esto era fruto a que después de siglos de opresión y explotación por parte de señores feudales, iglesia, empresarios y demás, los trabajadores generaron los mártires necesarios, ese tipo de persona que prefiere morir antes que ceder, con el poder de convocatoria necesario como para arrastrar a sus compañeros con ellos, y salieron a luchar por sus derechos.

Los empresarios, con la ayuda gubernamental cuando esta fue necesaria, creyeron que unos cuantos balazos y golpes acabarían con el problema, pero no fue así. Ocurrió lo de Chicago y las cosas se les fueron de las manos y tuvieron que ceder, aceptar que los trabajadores tenían razón y aceptar sus demandas. Y los trabajadores se mantuvieron en sus trece porque las condiciones de trabajo eran tan intolerables que no les quedaba más remedio que la lucha organizada, cosa que hicieron.

Cada conquista que los trabajadores obtenían era una espina clavada en el paladar del establishment, la soportaban, pero no por siempre. De esta lucha, que fue inequívocamente una lucha de clases, surgió el bienestar para los trabajadores, estos al comienzo se sintieron felices de haber ganado, luego disfrutaron los beneficios de haber ganado: Jornada laboral de 8 hs. sueldos justos, jubilaciones, seguros de salud, derecho a vacaciones, etc.

Poco a poco los hechos que dieron inicio al movimiento sindical se fueron olvidando, si bien se transmitían de país en país, poco a poco la distancia temporal entre el inicio del movimiento y el momento actual comenzó a medirse en décadas. comenzaron a fallecer quienes habían participado activamente en esos primeros días, pronto nadie recordaba esa época y no había nadie que pudiera recordárselas, excepto los libros de historia, libros de historia que el establishment publica.

El trabajador comenzó a pensar que sus derechos adquiridos eran invulnerables, diríamos que se aburguesa, comienza a considerar verdaderamente posible hacer fortuna, comienza a considerar como revoltosos a aquellos que arengan, prefiriendo más al que disuade, comienza a aceptar que negociar es mejor que luchar, por lo que elige representantes más negociadores y menos díscolos.

El establishment, siempre atento, se da cuenta de esto y comienza a infiltrar los sindicatos, pero en lugar de infiltrar personas, espías, infiltra dinero. Cada uno de los que conforman el establishment conoce a ciencia cierta el poder del dinero y sabe usar este poder. Comienzan a reunirse con el sindicato hasta identificar a los personajes que han alcanzado una situación de preeminencia en ellos más por ambición personal que por servir a sus compañeros, identifica a los demagogos y los corruptibles, y actúa.

Desde ese momento, los derechos que los trabajadores pensaban eternos comienzan a ser atacados, el sindicato amenaza con defenderlos pero no pasa a la acción, los pocos trabajadores que logran comprender lo que se les viene encima salen a la calle aun contra el consejo de sus líderes, pero el establishment, a través de sus medios de difusión y de los “representantes políticos” del pueblo, los presenta como personas que no desean que el bienestar sea para todos, los presenta como gente que no piensa en los demás, los demoniza.

Es entonces cuando el trabajador que no se siente amenazado, que está leyendo el diario en su sofá nuevo, pensando en pagar la cuota de su hipoteca, en cambiar de coche, que está cómodo y bien alimentado piensa que los huelguistas son unos revoltosos y que el gobierno bien haría en pararle los pies de una vez por todas. Ese trabajador que no posee instinto de lucha, que se ha aburguesado, no se identifica con la gente en problemas, cree que son distintos a él porque trabajan en una empresa de autos, en un subterráneo, o para el mismo Estado, es decir, es uno de aquellos que gana el dinero rascándoselas en un despacho.

Cuando el establishment advierte esto, aprovecha la mínima situación de crisis económica a mano, generada habitualmente por ellos mismos, y piden el recorte de los derechos adquiridos por el trabajador, lo que se conoce como flexibilización laboral. Los medios de comunicación que les pertenecen comienzan a difundir la idea de que la felixibilización laboral ayudará a crear fuentes de trabajo, la idea prende en la mente de quienes se informan a través de estos medios, el gobierno presenta un programa de flexibilización laboral y puede que una vez sea rechazado, puede que existan algunas marchas, pero la crisis se agudiza, más gente pierde el empleo y a quienes pierden el empleo no les importan las condiciones en las cuales vuelvan a cntratarlos, con tal de poder pagar su hipoteca, mantener su auto, comer todos los días y salir de vez en cuando.

Y finalmente la flexibilización laboral es aceptada como una vía de salida de una crisis que no fue creada ni tuvo su base en los derechos de los trabajadores, sino en la especulación inmobiliaria, la codicia de los bancos, la especulación con el precio del trigo, o alguna que otra de las famosas burbujas de las que todos hemos sido testigos.

El establishment se alza entonces en pie de guerra y comienzan a ambicionar no solo poder contratar y despedir al más bajo costo, sino también lo que los trabajadores han ahorrado a lo largo de los años, o lo que los trabajadores han construido en ese tiempo.

La jubilación o pensión se traspasa, por parte del Estado, a empresas privadas para que los gestionen. La Sanidad Pública comienza por tercerizar algunos servicios hasta terminar por desaparecer absorbida por la empresa privada. Las condiciones de empleo se endurecen, se aumentan las horas de trabajo, se recortan las vacaciones, se recortan los sueldos. La brecha entre ricos y pobres se hace más amplia, la clase media comienza a desbarrancar hacia posiciones inferiores, los sucesivos gobiernos deciden en bien de la gran empresa, que asegura un estado de bienestar inexistente, pero que la gente cree porque lo dicen los diarios. Los pobres se pauperizan aún más, sin ningún tipo de ayuda oficial que les alivie de su pobreza, la gente que aún conserva algo de su estándar de vida los considera marginados que no trabajan porque no desean hacerlo.

La educación se destruye para generar de esa manera trabajadores útiles sin criterios. Las voces de la oposición se acallan quitándoles la financiación, cerrándoles el acceso a los medios de comunicación.

Y esto es lo que está pasando. Políticos corruptos en altos cargos, periodistas que repiten como loros noticias que no se preocupan por confirmar, medios de comunicación manejados como empresas que no osan decir nada contra aquellos que anuncian en sus páginas. Búsqueda de chivos expiatorios. Aumento de impuestos que impactan fuertemente en la clase media y baja y exenciones impositivas a las empresas para fomentar un desarrollo que parece no llegar nunca. Empresarios que deciden, a través del lobby, la política económica de un gobierno que debería proteger los intereses del pueblo, y no solo los intereses de ellos.

Y el trabajador preocupado por la hipoteca, sentado en su nuevo sofá y que sueña con cambiar el auto no se da cuenta, aún, que todo a su alrededor se derrumba, hasta que alguien le arranque el confort de las manos con una sola y simple carta de despido.