martes, 19 de mayo de 2009

Reflexiones de uno entre mil a las 9 de la tarde


Y finalmente, pude leer estas palabras: DESOLACIÓN (Edgard Allan Poe "Silencio")


A veces suelo preguntarme si no estamos llamando Civilización a una especie de Atavismo Sublimado y si no llamamos Democracia a una especie de Aristocracia Camuflada.

Yo, tan humilde y tan soberbio como tantos en la raza humana, creía que durante el siglo XX entraríamos en la Edad de Oro de la Ciencia, de la Democracia. Creía que los millones muertos en hogueras inquisitoriales culpa de la superstición nos salvarían de los futuros Profetas de la Ira, que los millones de personas muertas por ser diferentes nos salvarían de los Filósofos del Odio, que los millones muertos en procura de que se reconocieran sus derechos nos protegerían de los Fundamentalistas Maniqueos, pero descubro que no es así.

La Teoría de la Evolución es atacada por quienes en lugar de aprender de sus errores se aferran al Dogma, la Fe, se aferran a la creencia sin necesidad de pruebas, para defender sus posturas ¿Cómo razonar con lo irrazonable? ¿Cómo hacerles entender que su religión no es la religión de todos, que hay otras religiones y creencias extremadamente diferentes, que hay gente que no cree en dioses y que niegan su existencia y que hay gente a la que no le importa que exista o no, porque ambos extremos son incomprobables?

No entiendo, tampoco, el porqué en materia sexual debemos, también, pensar de un mismo modo ¿Es malo que alguien ame a alguien? Mientras exista el amor ¿Importa el género, la posición o la forma en la que expresamos ese sentimiento? ¿Es un homosexual una persona sin derechos? ¿Cómo es posible que hoy se siga condenando al otro por la forma en la cual ama, en la cual siente?

Ignorante y tonto, así me siento. No puedo evitarlo cuando observo que seguimos hablando de naciones, de imigrantes con o sin derechos, con frases como “la culpa es de de ellos que nos roban lo que es nuestro”.

El mundo es simplemente una pelota de tierra y agua girando en derredor de una estrella insignificante en un Universo inmenso y solitario ¿No podemos comprender que somos todos tripulantes de esta única y sola nave? ¿No podemos comprender que debemos comprendernos, aceptarnos, abrazarnos, si deseamos perpetuarnos hasta que el sol nos destruya o se extinga?

¿Tan importante es ser cristiano o musulmán o budista o agnóstico como para que eso implique la justificación de apresar, callar, separar, condenar a otro? ¿A millones de otros?

¿Tan poco hemos crecido intelectualmente, espiritualmente, como para aceptar que lo importante es ser el mandamás de la manada y que serlo justifica absolutamente todo lo que hacemos?

¿Tan ciegos somos como para aceptar que, poco a poco, aquellos que hemos elegido para protegernos nos roben, uno a uno, todos nuestros derechos en nombre del dios dinero?

¿Tan estúpidos somos que seguimos aceptando que hay gente (artistas o creadores se llaman ellos) que merece gozar del privilegio de recibir dinero a perpetuidad aunque sea por uno o dos trabajos de que han hecho?

¿Tan tontos somos que votamos a una persona solo porque parece un caudillo y es, o quiere ser, gracioso?

¿No deberíamos empezar a comprender que el mundo es uno y solo, una burbuja de vida en universo extremadamente infinito? ¿No podemos aceptar que así como hay quien tenga que apoyarse en un dios para poder caminar, hay quien no necesita de muletas y camina solo? ¿No hay forma de que aceptemos el hecho de que hay más de una forma de amar y que el género no es un determinante a la hora de elegir a quien amamos?

Tenemos el poder de aniquilar, pero no el de comprendernos, tenemos el poder de separar, pero no el de unirnos. Veo a la humanidad como un ser ciego, cojo, manco y estúpido, que no puede ver que le falta una pierna, que no puede ver que le falta una mano, y que por eso se cree completo.

1 comentario:

Ikaraku dijo...

hola Segio. Una muy cruda reflexión pero concuerdo contigo. A veces creo que lo mejor que nos puede pasar es formar comunidades de gente que celebra la vida y las expresiones de ser sin etiquetar diferencias sin antes comprenderlas y respetarlas... pero me encuentro con esa gran masa que no le importa pasar por encima del otro, sin el mayor interés que su sólo provecho y su sólo placer... me encuentro en ocasiones demasiado pésimista...

Un abrazo

D.Rodríguez.