"El 38,7% de los españoles preferiría que el Estado, si tuviera que subir los impuestos, incrementase el IVA, frente a un 36,9% que se decantaría por el IRPF, si bien, sólo un 18,5% considera que todos los contribuyentes declaran el IVA en su totalidad, un 29,8% entiende que bastantes lo hacen y hasta un 25,4% cree que son pocos" (Finanzas.com 31/10/2001).
En Wikipedia se define al estado como al "conjunto de instituciones que poseen la autoridad para establecer las normas que regulan una sociedad, teniendo soberanía interna y externa sobre un territorio definido". Para ello, según Max Weber, los ciudadanos le dan el monopolio de la violencia legítima ya que nadie, sino el estado, tiene derecho a castigar a quienes desobedezcan las normas de manera legal.
Una de las responsabilidades del estado es distribuir la carga económica que conlleva a su sostenimiento de manera proporcional entre todas las personas que lo conforman (cuando decimos personas debemos recordar que en Derecho persona es toda entidad susceptible de adquirir derechos y contraer obligaciones y que se distinguen entre persona física, los seres humanos, y persona jurídica, como lo son las empresas, fundaciones, ONG, etc.), la herramienta para distribuir esta carga es el impuesto.
Por supuesto, con el transcurso del tiempo y de los distintos gobiernos, el objetivo final de los impuestos fue transformándose de manera paulatina. El estado adquirió la filosofía de gravar todo hecho o transacción económica que se realizare dentro de sus fronteras y con distintos fines, por ejemplo, el impuesto al tabaco que procura estimular a los fumadores a dejar de fumar mediante la presión económica.
Sin embargo, sabido es que el consumo de bienes y servicios proveen a la salud económica de toda región o comunidad ¿Por qué, entonces, el estado grava el consumo?.
El IVA no es un impuesto proporcional a la riqueza, de hecho, hay gente que gasta miles de veces menos de lo que gana. Es decir que el IVA no es una herramienta para descargar el peso operativo del estado de manera proporcional entre las personas que lo habitan sino un simple y sencillo sistema de recaudación indirecto sobre el consumo y quien soporta la carga fiscal es el usuario final o consumidor. Es decir que todos quienes conforman la cadena de precio de un producto, ya sean fabricantes, intermediarios, etc., tienen forma de "descargar" el IVA en el usuario final. Este usuario final puede ser el dueño de una cadena de hipermercados o un mendigo a quien le han dado una moneda de un euro y compra un bocata.
Si bien el IVA provee a soportar los costos operativos del estado, no lo hace de manera proporcional al ingreso de las personas, sino a los gastos de estas personas dentro de sus límites.
Por el contrario, el IRPF sí grava a las personas de manera proporcional a sus ingresos, esto implica que quien más gana, más contribuye lo que sí aparece como justo desde un punto de vista solidario.
El impuesto a la renta, sea esta la renta de la persona física como de la persona jurídica, es más adecuado para esta distribución de la carga fiscal ¿Por qué, entonces, no se utiliza para esto?. Porque los estados, al igual que los antiguos reyes con su nobleza, parecen más preocupados en proteger y favorecer a los grandes actores económicos que a sus ciudadanos. Una empresa que encuentre un entorno impositivo favorable para la conservación de su renta se instalará en él, y el IVA permite esto.
La nota publicada por Finanzas.com, permítanme repetirme, señala que la mayoría de las personas físicas preferiría que se aumente el IVA, que no perjudica tanto su capacidad de ahorro, que el IPRF cuyo aumento si impactaría sobre esta capacidad.
¿Y que implica esto? Implica que estarían de acuerdo con el hecho de que se realice un reparto no proporcional del costo operativo estatal, y esto no es algo solidario, no provee al bien común ni es favorable a una redistribución de la riqueza que atenúe la diferencia existente entre ricos y pobres que, a todas luces, se hace cada vez más grande.
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