En algunos de los antiguos mapas del mundo, hablo de cuando se creía que la tierra era plana, existía una línea que señalaba el lugar donde pensaban que estaba el horizonte y una señal que informaba "más allá hay monstruos". Sin embargo existieron quienes se atrevieron ir más allá y comprobaron que las temibles bestias mitológicas jamás aparecían y que si algún vigía señalaba a lo lejos la existencia de algún ser sobrenatural, bastaba acercarse para que se transformara en algo conocido o comprensible.
Pero, extrañamente, en este siglo descubrimos un nuevo océano, el de la información, y al comenzar a navegar por él comprendemos que existen mil opiniones contradictorias acerca del mismo evento. ¿Cómo analizar algo dentro de tanto tráfico? ¿Cómo sabemos si estamos observando este o aquel lado de un espejo? ¿Cómo maniobrar correctamente en un mundo invertido poblado de dragones que solo desean confundirnos?
Y aquí aparecemos, intentando buscar brújulas con las cuales orientarnos, probando mil aguas distintas hasta reconocer cual es la más pura. Algunas veces nos equivocaremos y comprobaremos que virar a babor nos condena al desastre en lugar de indicarnos la salida. Sin embargo está esa ambición de comprender que nos empuja a, al menos, intentarlo.
A todos los que deseen navegar a la caza de dragones a través de mil espejos que suelen distorsionar la visión del mundo que tenemos, bienvenidos.
Pero, extrañamente, en este siglo descubrimos un nuevo océano, el de la información, y al comenzar a navegar por él comprendemos que existen mil opiniones contradictorias acerca del mismo evento. ¿Cómo analizar algo dentro de tanto tráfico? ¿Cómo sabemos si estamos observando este o aquel lado de un espejo? ¿Cómo maniobrar correctamente en un mundo invertido poblado de dragones que solo desean confundirnos?
Y aquí aparecemos, intentando buscar brújulas con las cuales orientarnos, probando mil aguas distintas hasta reconocer cual es la más pura. Algunas veces nos equivocaremos y comprobaremos que virar a babor nos condena al desastre en lugar de indicarnos la salida. Sin embargo está esa ambición de comprender que nos empuja a, al menos, intentarlo.
A todos los que deseen navegar a la caza de dragones a través de mil espejos que suelen distorsionar la visión del mundo que tenemos, bienvenidos.