lunes, 24 de agosto de 2009

sábado, 22 de agosto de 2009

Los amos del dinero



Lista de reproducción: Amos del dinero

domingo, 16 de agosto de 2009

¿Ética corporativa?



¿Tienen ética las corporaciones? Debido, quizás, a que nos han enseñado que las empresas son personas (personas jurídicas) muchos hablan de la existencia de una ética de la empresa que puede diferenciarse, a través del estudio de esta, de los principios éticos de las personas que la dirigen y/o conforman.

Según mi experiencia hablar de una ética empresarial es forzar la analogía hasta el límite. Esta analogía nace de las similitudes que podemos hallar entre dos sistemas abiertos según la definición que de ellos hace la Teoría General de los Sistemas enunciada, originalmente, por Ludwig von Bertalanffy, según la cual podemos distinguir dos tipos generales de sistemas, Los sistemas abstractos, como por ejemplo los estudiados por la física, y los sistemas concretos, los que existen dentro de lo real.

A su vez los sistemas concretos pueden dividirse en sistemas cerrados y sistemas abiertos, estos últimos se identifican por presentar determinadas características que están ausentes en los sistemas cerrados, estas características son la autorrestauración y el automantenimiento, la autoorientación, la autodirección, y/o la autoorganización y la autodiferenciación.

Dado que dos sistemas abiertos presentarán estas características independientemente de su naturaleza es posible establecer analogías entre ellos, decir, por ejemplo, que una empresa es como un ser humano, que una empresa piensa, vive, crece, se alimenta, etc. de manera similar a una persona. Podemos decir que las empresas poseen cierta personalidad, carácter, temperamento… personalizamos a las empresas, les damos características humanas dejándonos llevar por la analogía y nuestra tendencia a personalizar cosas (personalizamos nuestros autos y otras posesiones aún cuando no sean sistemas abiertos) y eso nos lleva a la creencia de que puede existir una ética empresarial.

Lo que yo creo es que puede detectarse una resultante ética de acuerdo al comportamiento demostrado por las corporaciones, más no una ética real. Tampoco podemos decir que esa resultante provenga de la suma o sinergia de la ética de cada una de las personas que componen la empresa ya que la experiencia nos demuestra que un grupo de personas éticas pueden tomar decisiones reñidas con la moral si estas convienen a los fines de la empresa, corporación u organización.

El episodio ocurrido en el año de 1.986 en la ciudad de Azul, provincia de Buenos Aires, Argentina ejemplifica esto. Dos laboratorios farmacéuticos deciden probar, en un ensayo a campo, la efectividad contra la rabia de una vacuna nacida de la manipulación genética que se llamó vaccinia-rabia. Este experimento se realizó sin el conocimiento de las autoridades argentinas ni de las autoridades de la ciudad donde se llevó a cabo y tampoco se realizó en un ambiente controlado. Las vacas que fueron inoculadas con la vacuna fueron ordeñadas por peones que luego usaron parte de esa leche vendiendo el resto en la población (para más datos les remito a este excelente artículo publicado en la web del Círculo Médico de la ciudad de Rosario).

Este experimento sale a la luz porque uno de los investigadores que empleaba una de las empresas denunció el hecho a las autoridades argentinas, siendo despedido por la empresa, el empleado decidió seguir sus principios éticos pero la empresa no responde a ningún principio de esta clase sino a sus intereses y la ética de este empleado chocó contra esos intereses, transformándose, entonces, en no apto para trabajar en la empresa.

Seguramente sus compañeros y amigos, aquellos que trabajaban con él, le vieron como un traidor, ya que parte de nuestros principios éticos nos hacen leales los unos con los otros a la vez que con objetivos e ideales superiores. Mucha gente ética que trabajaba en esas empresas no habló porque consideró que lo que hacían estaba bien, justificado por esa lealtad a los objetivos de las empresas para las cuales trabajaban.

Casos como el de Azul, que parece un episodio de “La Hora 11”, se repiten diariamente en todo el mundo. Muchas empresas poseen comportamientos que, de tenerlo una persona, serían penables, pero al difuminarse dentro de la estructura corporativa se despenaliza aunque pueda dar lugar a causas penales.

Un ejemplo de esto es que se vendan autos con defectos de seguridad pasiva. La decisión de vender o no vender el auto no procede de un análisis en busca de la decisión más ética, sino de la más correcta desde el punto de vista económico. Dicho de otra forma, si el monto económico de las demandas que la empresa pueda sufrir es menor que los beneficios que pueden obtenerse y menor que los costos que generaría corregir esos defectos, la decisión tiende a ser “se fabrica y se vende”.

La preponderancia de los costos y de la necesidad de obtener beneficios a la hora de tomar decisiones aleja a la empresa de cualquier principio ético, dicho de otra forma, la decisión más acertada es la que produce más beneficios al corto plazo. Empresas y corporaciones tienen que ser obligadas por ley para no contaminar, por ejemplo, mientras que un comportamiento ético nos indicaría preocuparnos por la explotación racional de los recursos naturales.

martes, 11 de agosto de 2009

The shock doctrine

Sociedad y paradigma III

Imaginen, entonces, un mundo donde los trabajadores poseyeran todos los derechos y los empresarios todas las obligaciones. Estos últimos no ganarían dinero y los trabajadores cobrarían sin trabajar pero, seguramente, en ningún país esto ha pasado. Imaginen ahora, entonces, un mundo donde los empresarios tengan más derechos que obligaciones, y los trabajadores más obligaciones que derechos, tendríamos un mundo en el cual los trabajadores deberían tener más de un trabajo o hacer trabajar a más personas de su familia para poder subsistir ¿Eso les suena familiar?.

El problema de los trabajadores es que sus problemas solo son importantes cuando una elección se acerca, mientras que los empresarios, gracias al lobby, el marketing y su poder económico, gozan de atención todo el año, y cuando digo atención digo atención por parte del gobierno.

Si una crisis, por ejemplo, amenaza la salud de las empresas y el gobierno sale a rescatarlas con miles y millones de Euros, estamos ante un plan de gobierno para proteger las fuentes de trabajo y desarrollar el crecimiento de las empresas. Por el contrario, si una crisis amenaza el bolsillo de los trabajadores y el gobierno sale a rescatarlos con millones y millones de Euros, estamos ante un Estado paternalista ¿Por qué es lícito que un gobierno dé dinero a las empresas y no a los trabajadores o desempleados que viven en su territorio? Lisa y llanamente, porque los economistas suelen estar del lado de los empresarios, que los emplean, y no del lado de los trabajadores, que no pagan un mísero Euro por sus “estudios”.

A los economistas les encanta que sus nombres se asocien a la idea del “libre mercado”, de “flexibilización laboral”, de “plan de desarrollo empresarial”, más no les gusta tanto que sus nombres se asocien a ideas tales como “protección del trabajador”, “derechos del trabajador”, “redistribución de la riqueza”. Si sus nombres se asocian a lo primero, conseguirán todas las becas y subvenciones que necesiten por parte de los empresarios, los que tienen poder económico, si sus nombres se asocian a lo segundo, se ven obligados a trabajar de profesores, profesores adjuntos, o en algún trabajo que les permita llenar sus estómagos.

Primera conclusión de estos escritos: Los economistas no suelen ir contra los dueños del dinero, suelen asociarse a ellos y responder a sus intereses.

Cuando un economista habla de desarrollo económico habla en realidad de crecimiento económico ¿En que se diferencian? Cuando crece el PBI (o PNB) existe crecimiento económico, pero para que exista desarrollo económico además del crecimiento de PBI (o PNB) ha de existir una más justa redistribución de la riqueza, es decir que a los trabajadores además de importarnos si nuestro país crece en términos de PBI ha de importarnos, también, como se redistribuye éste porque a una mejor redistribución más nos toca. Así de sencillo, y así de ocultado.

La ilógica del pensamiento económico asociado a la empresa se verifica cuando los gurúes nos dicen que “facilitando el despido se crea empleo” ¿Qué? Desde pequeño sé que facilitando el despido se crea desempleo, o una masa de trabajadores que aceptan trabajar en condiciones de semi o esclavitud total con tal de no perder el trabajo, si no me creen, lean la historia del siglo XIX, de cuanto cobraban, de cómo vivían los trabajadores en aquella época, cuando el trabajador no gozaba de protección alguna.

El problema al que se enfrentan los empresarios es que para fomentar el consumo alguien ha de ganar lo suficiente como para consumir algo. Los países del primer mundo consiguieron esto durante mucho tiempo gracias a los países del tercer mundo. Sojuzgando a estos países, conseguían las materias primas a precios bajísimos, eso implicaba un transporte de riqueza de los países del tercer mundo a los del primero, que con esa riqueza financiaban la existencia de una clase media que compraba sus productos.

El problema hoy es que los países del tercer mundo ya están asfixiados, no es posible ya transportar más riqueza, por lo cual a los países del primer mundo solo les queda ir achicando su clase media, ir transfiriendo la riqueza de clase a clase y lo están haciendo, aunque saben como terminará todo: Un 2% de la humanidad controlará el mundo y un 98% sufrirá las consecuencias pero ¿Cómo puede sostenerse esta situación por mucho tiempo? Supongo que no lo saben, razón por la cual los ejércitos del primer mundo están siendo educados para obedecer al presidente aunque las órdenes vayan en contra del pueblo, verdadero soberano.

Por esto es que podemos ver que manifestaciones pacíficas son reprimidas severamente por las “fuerzas del orden” gubernamentales, sin tener en cuenta el derecho a manifestarse de los ciudadanos.

¿Cómo puede hacer huelga un camionero si sabe que sobre él recaerá la culpa de que no haya mariscos para la paella? ¿Cómo puede hacer huelga el trabajador de un metro si luego recaerá sobre él la culpa de que lleguemos tarde al trabajo? ¿Cómo pueden hacer una manifestación los estudiantes si se les llamará revoltosos y se los reducirá a palazos?

¿Y por qué la sociedad permite esto? Por miedo, puro miedo. Nos dicen que si no privatizamos la seguridad social nos quedaremos sin servicio de salud para todos, que si no privatizamos las escuelas nuestros chicos se educarán mal y peor y no conseguirán trabajo…

Todo favorece a las empresas, y en nuestro sistema de cosas es lo correcto, dentro del capitalismo, el poder lo tiene quien posee el dinero…

Y lo más triste, muchos trabajadores pensarán que meo fuera del tiesto… Poniendo en el capitalismo la misma fe que antes se ponía en Jesucristo.

miércoles, 5 de agosto de 2009

Sociedad y paradigma II

Solemos aceptar sin mucho esfuerzo que si una situación determinada pierde su equilibrio las cosas empeoran, como ejemplo los ecologistas suelen decir que si el hombre no se preocupa por mantener el equilibrio ecológico la situación mundial se irá, con perdón, al carajo. Coincido con ellos, es inevitable que si seguimos cortando árboles, ensuciando los mares, quemando combustibles, la cosa se pondrá muy pero que muy fea.

Por otra parte, el equilibrio perfecto rara vez existe en sistemas integrados, según la Teoría de General de Sistemas los sistemas tienden al equilibrio, sin jamás alcanzarlo. Los sistemas se ajustan para aparentar una situación equilibrada utilizando un proceso llamado retroalimentación y daré un ejemplo traído de los pelos. Cuando uno se baña suele ajustar los grifos de agua caliente y fría hasta conseguir la mezcla ideal, que deja el agua a la temperatura que más nos apetece. En este caso, quien nos retroalimenta es la piel, que a través de la sensación frío-calor nos indica que grifo ha de ser abierto y cuál cerrado. Cuando más rápido el mecanismo de retroalimentación más posibilidades de alcanzar una situación de equilibrio.

Fantástico.

El problema es que en lo que respecta a la economía el mecanismo de retroalimentación suele tardar meses, una medida económica tomada hoy no mostrará sus verdaderos efectos hasta unos meses después, de allí que la economía se caracterice por la aparición de crisis que han de ser resueltas, las crisis son parte de este mecanismo de retroalimentación pero al existir tanta distancia entre el origen de la crisis y su aparición no siempre es dable unir la causa con el efecto. Por esto los economistas crearon los indicadores económicos, especie de relojitos teóricos que ayudan a predecir situaciones futuras.

Pero estos indicadores no siempre se interpretan correctamente o no siempre dicen la verdad. A veces mienten.

De allí que en determinado momento se pusieran de moda los escenarios económicos, para jugar con ellos se utilizaban programas de computación que permitían ver como se desarrollaban las cosas según las decisiones que se tomaban vs. las variables del entorno. Estas simulaciones resultaron muy útiles para algunas empresas pero cuando las trasladamos a la economía del Estado no resultaron tan fiables. La causa de esto es la inconmensurable cantidad de variables a tener en cuentas, podríamos decir que son infinitas, por lo que construir un modelo a escala lo suficientemente válido era tarea de titanes y, para hacer honor a la verdad, he de decir aquí que los economistas no tienen nada que ver con los titanes.

Para peor, una misma situación es percibida de maneras diferentes por observadores diferentes. Digamos que un desempleado ve muy bien que extiendan la duración d el seguro de desempleo mientras que un empresario, que teme le incrementen los impuestos, lo ve muy mal.

Y aquí comenzamos a hablar de lo que trataré próximamente: Los derechos de los empresarios tienen, como contrapartida, una serie de obligaciones, de igual manera los derechos de los trabajadores tienen obligaciones como contrapartida.

La historia nos demuestra que ambos, empresarios y trabajadores, tratan de saltarse sus obligaciones intentando acrecentar sus derechos, pero esta situación no escapa a la regla que indiqué al inicio: Cuando el equilibrio de una situación se rompe lo que se obtiene es un empeoramiento de las condiciones que termina, tarde o temprano, afectando al todo.