martes, 18 de marzo de 2008

endeudar al soberano


La palabra crisis puede, naturalmente, asociarse a la palabra cambio, es decir que una situación crítica es una situación de cambio brusco, cambio para bien o para mal. Por ejemplo, el problema de los préstamos subprime ha facilitado la compra del banco de inversión Bear Stearns (el quinto banco de los EE.UU.) por parte de su rival J.P. Morgan al ridículo precio de u$s 2 la acción y con un fuerte apoyo por parte de la Reserva Federal Estadounidense que garantiza la operación. Es decir que el J.P.Morgan ha comprado a uno de los más importantes bancos competidores a precio de saldo, una inversión oportunísima que no podría haberse realizado de no existir la crisis de los préstamos subprime y que no se habría realizado, seguramente, de no contar el J.P.Morgan con el apoyo de la Reserva Federal entidad de la cual, y seguramente por casualidad, es uno de sus principales accionistas.

Al mismo tiempo la Reserva Federal ha estado disminuyendo la tasa de interés de referencia, equiparable a la tasa Euribor, lo que seguramente ocasionará una nueva depreciación del dólar en los mercados internacionales, esta depreciación producirá que los artículos que los EE.UU. importa suban de precio, esto es, pierdan competitividad, esta pérdida de competitividad de los artículos extranjeros en suelo estadounidense repercutirá favorablemente en su balanza comercial.

A esto debemos sumarle que según la Standard & Poor’s "los bancos y corredoras que han difundido sus resultados de 2007 podrían haber superado ya el grueso de las amortizaciones" ya que estas entidades han absorbido estas pérdidas al incluirlas en el ejercicio contable de ese año. Este informe revirtió la baja del índice Dow Jones, que terminó cerrando con un pequeño avance del 0,3%. Según este informe la reducción de la tasa de exposición a los préstamos subprime tendrá un impacto positivo que, lamentablemente, será contrarrestado por la declinación del sector inmobiliario y del segmento crediticio. Dicho de otra forma “a lo hecho, pecho”.

Ahora bien, en todo este tiempo nadie se ha preocupado por los “deudores”. Quienes adquirieron un préstamo subprime en su momento no son los únicos supuestos “iniciadores” de este problema ya que Bernanke (el presidente de la Reserva Federal) reconoció que el 45% de los embargados en 2007 no tenían hipotecas 'subprime', sino que pertenecían al sector de clientes “solventes” o “con respaldo”.

Es decir que la llamada crisis de las hipotecas basura no era tal sino que fue el criterio utilizado por los bancos para otorgar préstamos el causante y es de destacar que entre las medidas que se cuentan en la reforma normativa que pretende impulsar la Reserva Federal está la de “impedir la publicidad engañosa en la comercialización de las hipotecas”. Verdaderamente, sin palabras.

Por último, la Reserva Federal de los Estados Unidos (una entidad privada, no olvidemos eso) acudió presurosa procurando salvar a los bancos, el gobierno inglés ya ha nacionalizado a una entidad bancaria, el Northern Rock, para evitar su quiebra pero hasta ahora nadie se ha preocupado de los principales afectados por esta crisis: aquellos que adquirieron viviendas mediante un préstamo subprime y que hoy no pueden pagarlo ni aún vendiendo la casa comprada con el mismo, dado el descenso provocado en el precio de las viviendas por las ejecuciones hipotecarias. Es decir que los tomadores de préstamos subprime continuarán endeudados, y seguramente serán embargados sus ingresos, aún cuando el bien que originó esa deuda haya dejado de pertenecerles, constituyéndose como los primeros y principales caídos en esta historia.

Me pregunto si una renegociación de cada uno de los préstamos en la cual los bancos comprometidos hubiesen aceptado sufrir pérdidas razonables, haciéndose responsables de solucionar el problema que ellos mismos generaron, no hubiese evitado de raíz el problema.

O será que las crisis son oportunidades encubiertas para aquellos que tienen los medios, o la Reserva Federal a sus espaldas, o ambas cosas.






Fuentes y enlaces de interés:
Clarín.com "Siete claves de la crisis financiera"
Estrategia On Line “Standard & Poor´s calma temores por créditos subprime”
El Mundo.es “Bernanke reconoce que el 45% de los embargados en 2007 no tenían hipotecas 'subprime' “
Actualidad.Terra.es “El Northern Rock deja de actuar como intermediario de hipotecas 'subprime' “

viernes, 14 de marzo de 2008

de la civilización y el instinto


De pequeño disfrutaba mucho con las películas de aventuras. Ese tipo de películas en las cuales los sobrevivientes de un naufragio quedaban en una isla desierta y solo sobrevivían mancomunando sus fuerzas y compartiendo sus víveres, el mensaje era claro: Para sobrevivir la solidaridad es imprescindible.

Poco a poco la vida nos va quitando esa ingenua manera de pensar, nos hace ver que el progreso se basa en la competencia por los recursos más escasos, aquel que domine la fuente de estos recursos dominará la lucha por la supervivencia. La idea de la solidaridad entonces desvanece y comienza a crecer la noción de éxito individual, es imposible tener éxito de manera individual siendo solidario. Solo uno puede ser el humano alfa, los demás, se reparten el resto del alfabeto griego.

Incentivados por todas las señales que recibimos del entorno nos sumergimos en una carrera interminable, la carrera por ser los primeros. No hay testigo que pasar aquí, uno corre solo y contra todos, si alguien tropieza y se cae queda automáticamente excluido a menos que, como en “Carrozas de fuego”, tenga el ánimo de ponerse en pie y correr con más brío.

A veces, solo a veces, alguno se detiene y comienza razonar acerca del juego. Descubre que las viejas buenas palabras, solidaridad, compasión, han desaparecido. Descubre que las viejas películas de aventuras nos enseñaban exactamente lo contrario a lo que se está haciendo, descubre que la tierra es una isla en un océano increíblemente extenso y que la humanidad es un conjunto de náufragos y que deberían adoptar las viejas buenas reglas del superviviente para llegar a buen puerto.

Y luego uno se acuerda de haber leído “El señor de las moscas” y la lección que ese relato incluía en su argumento. Si no hay autoridad la autoridad se crea, si no hay autoridad la autoridad se crea con innumerables vicios y defectos, surgen líderes que para unir a la manada inventan juegos de guerra, inventan un enemigo. Cuando el instinto se adueña de la razón en su beneficio, surge el humano alfa y no puede existir un humano alfa si los demás no aceptan que posee este derecho, el derecho a ser el primero.

Si aceptamos, entonces, que la civilización es lo opuesto al instinto, descubrimos que civilización no es sinónimo de tecnología, sino de humanismo. Esto implica que el ser humano se civiliza cuando acepta que existe un comportamiento instintivo, que existe una tendencia primordial a querer elevarnos sobre el otro para decidir por el otro y para mandar sobre el otro. Nada es más instintivo que el ansia de poder porque quien posee poder se asegura, tal vez, de transmitir su caudal genético a las generaciones venideras. El ser humano se civiliza cuando acepta este comportamiento y toma medidas para controlar sus efectos, para minimizar su impacto de esta forma de actuar en su entorno.

Podríamos decir, entonces, que la existencia de solidaridad, que el grado de solidaridad es una medida de civilización más acertada que los avances tecnológicos o el crecimiento económico. Podríamos decir que vindicar el compartir como virtud es iniciar el proceso hacia un estadio más avanzado de civilización, es iniciar el camino correcto.

Aceptar que no hay trabajos más o menos importantes sino más o menos cómodos, aceptar que todos los engranajes de un reloj ayudan a que este sea más o menos exacto, nos da una idea de la totalidad que somos. No existirían los prescindibles en esta isla llamada mundo si no nos dejásemos arrastrar por el instinto, si el afán de dominar se viese como lo que es, un regreso a los principios animales que alguna vez rigieron el comportamiento humano cuando este ni siquiera sabía encender el fuego.

La vieja lucha entre el bien y el mal bien podría ser definida como una lucha entre empatía y egoísmo, donde jamás debería ganar el yo sino el nosotros.

martes, 11 de marzo de 2008

lunes, 10 de marzo de 2008

democracia vs. sistema D'Hondt (filosofía peripatética o patética para todos)

Dejemos de lado libros de texto, tratados filosóficos, ensayos políticos, tesis sociológicas y una vez hecho esto respondamos esta pregunta ¿Qué entendemos por democracia? La mayoría responderá que es el gobierno del pueblo, más allá de que ese pueblo sea un pueblo filosóficamente instruido porque recordarán la definición griega del término pero, desengáñense: ¿De verdad creen qué entre los griegos David Bisbal no tendría éxito, ni la pornografía, ni los tebeos? Es decir que los griegos eran cultísimos, eran la monda en cuanto a filosofía y ciencias, no tenían telebasura, por eso podían gobernarse a sí mismos (¡Ah! Y lo de la esclavitud ¡Mentira cochina! Lo que hoy llaman esclavitud en aquel tiempo se llamaba “electrodoméstico ecológico”, así de avanzados estaban).

Es decir que de acuerdo al párrafo anterior todos entendemos la palabra democracia como el gobierno del pueblo, teniendo muy en cuenta que el pueblo es tanto el profe de ciencias de nuestros hijos como un general o el del 5 B que deja la basura en el pasillo antes de sacarla a la calle a la hora que más le convenga (aunque ya haya pasado el basurero). Bien, hasta aquí todo el mundo de acuerdo.

¿Cuántas formas de democracia se conocen? Sí, muy bien Jaimito, se conocen dos formas de democracia, la directa y la indirecta. La directa es cuando el pueblo se gobierna a sí mismo sin intermediarios, por ejemplo, en la antigua Grecia (pero es que los grecios eran unos genios ¿No?) y la indirecta es cuando el pueblo elige a unos tipos majos a los cuales llama representantes y los pone en el gobierno para que se dediquen a trabajar teniendo como objetivo las cosas que al pueblo le convienen. Muy bien Jaimito, tenés un diez aunque sea una Rosa Díez por el momento (un escaño es un escaño ¡voto a Bríos, canejo!).

¿Hasta aquí vamos juntos? Sigamos. ¿Cómo se eligen los representantes de acuerdo al sistema indirecto?. Bien Pedro, se elijen de acuerdo al voto ¿Cómo? Muy bien, muy bien, a mayor cantidad de votos, más poder de representación ¿En qué te has basado para decir eso? Sí, tienes razón. Si el pueblo, en un sistema democrático indirecto, gobierna a través de sus representantes, cuando más pueblo haya detrás de cada representante más derecho a gobernar tiene el susodicho, perfecto, un análisis lógico impecable, pero tienes un 0 (cero) ¿Por qué? ¿Preguntás por qué, encima, pedazo de ladrillo? Pues, porque te has olvidado del sistema D’Hondt pequeño ¿Qué qué es ese sistema? A ver, el sistema D’Hondt es una forma de echar al traste el asunto ese de que a más pueblo más representantes, te explico.

En el año 2.008 un pueblo, el español, eligió sus representantes al congreso. Luego de las elecciones descubrieron que el PSOE, una especie de agua gaseosa al alcance de todos, había tenido la mayoría de votos por lo cual dominaría el cotarro, el PP, que es como el tío Juan pero sin gastritis, era el que había salido segundo así que dominaría el tema ese que se define como “no sé de qué se trata pero me opongo”, o ese otro de “usted tiene razón pero es como yo digo”.

Ahora bien, la tercera cantidad de escaños no la tuvo el tercero, eso jamás ¿Por qué? Pero Pedrito ¿No ha escuchado hablar del principio lógico del tercero excluido? Ajá, ese. Bien. Por ese principio, el tercero tiene que estar pero no molestar, por eso se puso de moda el sistema D’Hondt porque, después de todo ¿Qué es más importante? ¿Parecer democrático o que seamos democráticos? Exacto Pedrito, las apariencias lo son todo.

Gracias a este sistema podemos llamarnos democráticos aunque la tercera fuerza política de España no sea la tercera fuerza política en escaños. El sistema de D’Hondt nos garantiza que eso no sucederá, que la preponderancia no estará dada por el conjunto del pueblo español, sino por pequeñas porciones del mismo llamadas circunscripciones (no confundir con circuncisiones, aunque también sean pequeñas porciones), que nos dan la posibilidad de sacar del circuito a todo un partido político de una manera legal y perfectamente expresada.

De esa forma, la primera y segunda mayoría dominan el cotarro y la tercera mayoría, si está muy disgregada en cuanto a territorio, puede ser dejada a un lado ¿Perfecto no? Esto, Pedrito, es democracia en el más alto grado de concepción de la palabra, que el tercer partido en votos no sea el tercer partido en escaños es lo más justo del mundo y eso lo demuestra, querido alumno, el sistema D’Hondt.

¿Qué es la democracia entonces? Democracia es un sistema de elegir un gobierno utilizando métodos que jamás tengan en cuenta el deseo del pueblo para que, de esa forma, el cotarro pueda estar manejado por quienes siempre lo han manejado.

Nota el traductor: Obviando este texto aristotélico, la lógica indica que la distribución de escaños por partido en un gobierno democrático indirecto debe ser directamente proporcional a la cantidad de votos obtenidos, esto es, que a mayor cantidad de votos más números de escaños, y que toda contradicción a esta lógica demostraría que el sistema de gobierno vigente en un territorio es no democrático. Ningún sistema que pervierta la norma debería ser utilizado, ninguna forma de organización debería ser permitida, si lesiona este principio lógico: A mayor cantidad de votos, más escaños en el congreso.

viernes, 7 de marzo de 2008

tentáculos

Varios factores contribuyen al poder económico de los EE.UU. y podríamos enumerarlas, aunque jamás exhaustivamente. Haciendo historia, la posición de fuerza que los EE.UU. alcanzaron al intervenir en la 2da. Guerra Mundial no ha sido ya jamás abandonada, la capacidad productiva de este país, solo comparable a la de la U.R.S.S. en aquellos tiempos y la ausencia de ataques en su territorio, situación que le otorgaba ventajas sobre la U.R.S.S. de Stalin, facilitaron las cosas para que los EE.UU. se erigieran como “el arsenal de las democracias”. Al mismo tiempo, la retirada de la libra esterlina del rol de moneda internacional y su reemplazo por el dólar al cual se había acordado, durante la Conferencia Monetaria y Financiera de las Naciones Unidas llevadas a cabo en Breton Woods en 1.944, establecer su convertibilidad a razón de 35 dólares estadounidenses por onza de oro ayudaron a establecer a los EE.UU. en una posición de pre-eminencia en el círculo de las naciones. Luego, la suspensión de la convertibilidad del dólar en oro decretada por Richard Nixon en 1.971, en lo que se considera una decisión inconsulta del gobierno de los EE.UU., y las dos devaluaciones que sufre esta moneda, del 10% en 1.971 y del 10% en 1.973 provocan el final del pacto de Breton Woods y el comienzo de la flotación libre en el valor de las monedas (al menos las más importantes, como el marco alemán, la libra esterlina y el yen) sin que la moneda estadounidense fuese abandonada como patrón del comercio internacional.

Podemos decir, sin miedo a equivocarnos, que es en este momento cuando los EE.UU. garantizan su posición de primera potencia mundial no solo en lo militar sino también en lo económico (pese a la crisis inflacionaria interna que provocó la medida tomada por Nixon) dado que los EE.UU. eran el único país del “mundo libre” cuya moneda era la utilizada para fijar los montos de los préstamos internacionales. Dicho de otra forma, los EE.UU. tienen el poder de emitir dólares sin respaldo alguno al mismo tiempo que su deuda externa está fijada en dólares.

La masa de dólares en circulación ha crecido más que el P.N.B. de los EE.UU. Esto, que en cualquier país del mundo hubiese causado una inflación desproporcionada no tuvo este efecto en este país. La razón es que dado que el dólar sirve como moneda de cambio en el mercado internacional las emisiones de esta moneda fueron rápidamente absorbidas por este para financiar las distintas operaciones y al mismo tiempo, los bonos (títulos de deuda) emitidos por el Tesoro de los EE.UU. fueron comprados por inversores privados y los gobiernos de aquellos países con rentabilidad en su balanza comercial ya que se consideraban una inversión segura, con lo que tenemos, por una parte, la necesidad de sostener el valor de una moneda para evitar una escalada inflacionaria a nivel global y por otro lado la necesidad de apuntalar el valor de esta moneda para evitar que se erosione el valor de los bonos adquiridos por los distintos países ricos del llamado “mundo libre” ya que si esto ocurriera se verían arrastrados a un desastre de proporciones dantescas.

EE.UU. goza, entonces, de la privilegiada situación de ser el único país cuya economía es tenida en cuenta por los demás países y de cuya salud económica depende la estabilidad económica de todos los demás países. Decimos esto basándonos en lo siguiente. Si una crisis bursátil en un país de economía emergente como México se sintió, con variantes en cuanto a impacto, en todo el mundo, una crisis bursátil en los EE.UU. implicaría un impacto infinitamente superior en todas estas economías. Los efectos de la quiebra de la economía estadounidense, por su parte, son absolutamente incuantificables e inimaginables.

Tenemos entonces, un país que aúna el poder militar y el poder económico, y por esta razón es que este país puede permitirse, entre otras cosas, interferir en los asuntos internos de cualquier otra nación del mundo, interferencia que una vez roto el equilibrio que implicaba la existencia de su contraparte en la U.R.S.S. no encuentra obstáculo ni impedimento alguno para ser ejercida.

No solo la economía europea depende de la salud de la economía estadounidense, una muestra de esto la tenemos en el impacto que las hipotecas subprime han tenido en la U.E., sino también la economía del otro gigante militar y económico mundial representado en la actualidad por China. La renuencia de la república China a devaluar el valor del dólar apreciando su moneda y de evitar impulsar la caída de la moneda estadounidense vendiendo parte de sus reservas, es un indicador claro de esto.

Por esto, no es de extrañar que países económicamente más débiles estén dispuestos a servir a los intereses de los EE.UU. a cambio de hipotéticos beneficios, que jamás se expresan, ni que podamos inferir que la situación generada entre Colombia y Ecuador ha obedecido a que el gobierno de Uribe aceptó, lisa y llanamente, las sugerencias estadounidenses de que la lucha contra el terrorismo internacional prevalece sobre la integridad de una nación ¿En qué me baso para decir esto?

Si un país como EE.UU. no vacila en invadir un país independiente como Afganistán o Iraq, fuese cual fuese su situación interna y tengamos aquí en cuenta que muchos países de oriente medio apoyados por los EE.UU. tienen gobiernos igual de tiránicos a los que existían en ambas naciones, menos vacilarán en aconsejar a un aliado en bombardear un campamento terrorista establecido en el territorio de una nación amiga. Sumado a esto, si consideramos que las invasiones a Iraq y Afganistán son invasiones legitimizadas por el apoyo y refugio que daban a distintas organizaciones terroristas (aun cuando todavía no haya sido demostrado esto en el caso de Iraq) también debemos considerar como legítimo el ataque que el ejército colombiano efectuó en territorio ecuatoriano. Desde este punto de vista, aquellos gobiernos que apoyaron la invasión a Iraq encontrarían seguramente razonable dicho bombardeo (El gobierno de Aznar y el de Blair, por ejemplo).

Esto nos lleva a una peligrosa interpretación de la ley internacional. Desde este punto de vista, si España creara una fuerza similar a la de los GAL en la actualidad, dicha fuerza podría operar legítimamente en territorio francés aún con desconocimiento de las autoridades francesas. La lucha contra el terrorismo, desde el 11S, justifica TODO.

¿Y qué es lo que sucede en la actualidad entre Colombia y Ecuador? Por una parte tenemos un presidente, el de Ecuador, que ha actuado con razonable sangre fría tratando de minimizar los efectos de la crisis creada sin dejar de defender los derechos soberanos de Ecuador sobre su territorio, derechos soberanos que hasta el 11S eran compartidos y reconocidos por cualquier otra nación del mundo, inclusive Colombia. Por otra parte tenemos un presidente que actúa de acuerdo al nuevo derecho internacional que desea implantar EE.UU., este es el de que contra el terrorismo las fronteras carecen de significado, además de servir como agente provocador de los EE.UU. con el fin de disgregar la posible unión de los países sudamericanos en un mercado económico común lo que, indudablemente, estorbaría a los fines que la potencia estadounidense tiene en esa región del globo.

El presidente venezolano, por su parte, ha respondido seguramente tal y cual los estadounidenses esperaban. Es indudable que si Colombia se enfrenta militarmente a Ecuador recibirá el apoyo de los EE.UU. en cuanto a armas e información estratégica, mientras que si Venezuela entra en el conflicto, esta ayuda estadounidense podría ampliarse de distintas formas, desde financiar una revolución en suelo venezolano apoyando financieramente a los adversarios políticos de Chaves de la misma forma que financiaron a los contras en Nicaragua a participar directa y activamente en el conflicto. Esto que parece una locura no lo es si consideramos que Venezuela posee petróleo en grandes cantidades y que esto la coloca dentro de los objetivos estratégicos y geopolíticos de los EE.UU.

Nunca se necesitó más imponer la calma en una región del mundo con el fin de que parte de esa región no pierda su independencia. Hugo Chaves debería comprender que no se enfrentaría solamente con Colombia y Uribe debería comprender que las sugerencias estadounidenses no están destinadas a apoyarle, en este juego es un peón sacrificable, sino a conseguir aumentar su presencia en la región aunque para esto fuese necesario generar un gobierno títere en el país venezolano y, al mismo tiempo, daría al traste con los sueños de una sola gran región que parecía esta cristalizándose con la hace poco decidida creación de una entidad financiera común.

La contemporaneidad entre los avances en la creación de un mercado común y una fuente de financiación común obtenidos por los países sudamericanos y esta súbita e irracional violación de los derechos soberanos de un país vecino por parte de Colombia no son hechos aislados, sino que pueden explicarse como causa y efecto si no perdemos de vista la forma de accionar que ha tenido EE.UU. en las últimas décadas. Podemos encontrar huellas de las actividades de este país en la ascensión del Sha de Irán al poder, en el derrocamiento de Salvador Allende en Chile, en los golpes militares que se sufrieron en la Argentina desde la era Perón en adelante, en el accionar de los contras en Nicaragua, etc.