martes, 23 de junio de 2009

Irán ¿Fracasará otra vez la revolución de un pueblo?

Irán es un despropósito, no los sucesos actuales, sino lo que ha sucedido y en lo que se ha convertido Irán, es un despropósito. La revolución que en su momento destrona al Sha de Irán y que termina entronando al ayatolá Jomeini en su lugar fue un despropósito, no porque no fuera necesaria (siempre es bueno y necesario destronar un tirano), sino porque reemplazó a un tirano político por un tirano religioso, y nada es más peligroso que la fe porque, aceptémoslo, una persona con fe en algo no teme cometer el delito más atroz porque su fe así se lo exige y si finge su fe puede, libremente, usar la fe de otros para justificar sus excesos.

De hecho, la fe no es un fenómeno solo religioso, sino que aparece en muchos otros aspectos como, por ejemplo, la política. Hitler y Mussolini pudieron hacer lo que hicieron, purgas, guerras, matanzas varias, porque la gente tenía fe en ellos ¿Y qué es tener fe? Es creer sin necesidad de prueba alguna, creer por creer, sin nada de fondo que justifique esa creencia más que nuestra propia credulidad.

Lo que sucede hoy en Irán es una revuelta o revolución, según quien lo mire y quien lo explique, la gente se ha hartado de ser manipulada y ha salido a la calle para gritar contra esa manipulación, la gente quiere reformas políticas, quiere que las cosas cambien para mejor, como querían que cambiasen las cosas para mejor cuando Jomeini entró en escena y, literalmente, pudrió todo.

El despropósito de los sucesos actuales se dará si Musavi se entroniza en gracias al desastre, indudablemente Musavi es un hombre del régimen y no actuará en contra del Consejo de Guardianes, el auténtico problema de la sociedad iraní. Hayan, o no, apoyado los pobres al actual presidente, haya sido, o no, apoyado casi exclusivamente por la clase media alta el candidato opositor, lo cierto es que con uno o con otro el Consejo de Guardianes seguiría vivo y mandando, y el problema de Irán no es el actual presidente, el problema de Irán es que la religión es la ley.

El problema de Irán es que es una teocracia y que mientras sea una teocracia sus problemas no se resolverán, el problema de Irán es que religión y Estado van de la mano, no están separados, y a través de la religión puede justificarse hasta la anatematización de todo un pueblo, sexo, ideal, gusto, costumbre, etc.

¿Qué sucederá si Musavi alcanza el poder? ¿Se relajarán las leyes y podrán las mujeres vestirse al uso occidental, vivir y expresarse libremente? ¿Podrán los homosexuales vivir sin el miedo a ser ejecutados en la plaza pública? ¿Sin ser condenados o tratados peor que un perro? No lo creo, mientras el Consejo de los Guardianes siga en el poder, nadie podrá relajar lo que ellos piensan es el significado de los preceptos del Corán y mucho de lo que ellos entienden como bueno nosotros lo entendemos como cruel, innecesario, injusto, y por eso andamos como andamos.

Esta revuelta no debería detenerse si Musavi alcanzase el poder, debería pasar de ser una mera rebelión a ser una verdadera revolución, debería barrer a todo y a todos los que no entienden el significado de la palabra libertad y se entregan al libertinaje propio de las dictaduras, y digo libertinaje no en el falso sentido que todos solemos darle, sino en el que entiendo tiene realmente: No comprender que todos tenemos el derecho a decidir y que el derecho a decidir lo que hacemos, queremos, pensamos, sentimos, es intransferible. De la misma forma en la cual no podemos transferir a otro un dolor de muelas no podemos transferir a otro nuestra libertad de decidir.

Libertinaje es reducir la palabra libertad a una burla, la democracia a una obra de teatro, es unir religión y Estado, es cancelar el derecho a ser quienes en verdad somos en nombre de una falsa moral y de una fe que considera más terrible que un hombre se enamore de otro hombre que el asesinar a ese hombre enamorado, o “reeducarlo”, o “adoctrinarlo”, en lugar de celebrar el amor en todas y cada una de sus formas.

Libertinaje es considerar a la mujer como “inferior” al hombre y no como su igual, es querer reducirla a un objeto cuya virtud es no tentar al hombre exhibiendo su cabellera, o su rostro, o sus curvas, o la intrínseca belleza de su sexo. Libertinaje es considerarla no inteligente porque está escrito, es considerarla impura cuando menstrua, es considerarla culpable si la violan.

Todo lo demás, si Musavi o no Musavi, si las elecciones fueron o no fraudulentas, carece de sentido, porque desde el momento en el cual el Consejo de Guardianes se arroga el derecho de decidir que “candidatos” son potables la palabra democracia deja de tener sentido. Y si Musavi les pareció potable es porque su proyecto no fue del desagrado de este Consejo, y si ese proyecto no desagradó al Consejo ese proyecto no ha de tocar ninguna de las “leyes santas” que ese Consejo ha propiciado.

Y esto significa, ni más ni menos, que el “proyecto” de Musavi tampoco incluye a la libertad del pueblo entre sus objetivos.

La revolución, para tener sentido y no ser un mero despropósito, ha de seguir y ha de estremecer el país hasta derribar los cimientos del Consejo de los Guardianes, ha de enviar a los ayatolás a sus templos y ha de separar la religión del Estado. Si la revolución se detiene solo porque Musavi alcanza sus objetivos la revolución solo le habrá cambiado de collar al perro y los iraníes continuarán encadenados.

1 comentario:

Wiliam Ajanel dijo...

Irán... ese pueblo que ve morir la libertad en la sangre de sus ciudadanos y en las manos de los tiranos religiosos...

Otra revolución sin efecto, lamento decirlo tan pronto, pero todo apunta a que seguiremos viendo como pisotean la dignidad de todo un pueblo...

NO somos idiotas...

Un saludo amigo